Al participar este martes en la presentación del documental ‘Tragedia y crisol del sacerdocio en México’, el vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Garfias Merlos presentó ante diputados su proyecto de ‘Prevención y Atención de Personas Víctimas de la Violencia’, en el que la Iglesia ha venido trabajando desde hace varios años.
Tras recordar que el 2017 fue considerado como el año más violento en la historia reciente del país, el también Arzobispo de Morelia aseguró que la violencia debe ser vista como un problema de salud pública, y esto implica reconocer que el esfuerzo por erradicarla debe ser multidimensional.
En este sentido, explicó que la Iglesia católica quiere sumarse a los esfuerzos del Plan Nacional de Construcción de Paz presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de intervenir en la reconstrucción del tejido social y favorecer la convivencia pacífica, comenzando en una primera etapa con 19 estados y 5 municipios.
Garfias Merlos detalló que la realización de este proyecto se lleva a cabo a partir de tres líneas de acción.
Atención y acompañamiento
La primera línea de acción –explicó el arzobispo de Morelia– es la atención y acompañamiento integral a víctimas de la violencia, que contempla la formación de equipos “levadura” para dar acompañamiento directo a las víctimas, y fortalecer el área psicosocial, jurídica y espiritual.
Parte importante de esta estrategia son los centros de escucha: “espacios seguros donde las víctimas pueden ser asesoradas, consoladas y acompañadas”, así como el fortalecimiento de la prevención en el tema de violencia sobre la mujer.
Capacitación y prevención
La segunda línea de acción que expuso Garfias Merlos a los legisladores, reunidos en el Auditorio Sur del Edificio A de la Cámara de Diputados, fue la capacitación, prevención y significación de la persona.
Explicó que con ello se busca brindar formación en temas de sanación, en el manejo adecuado de las emociones, en acompañamiento espiritual y en el fortalecimiento del carácter en niños y jóvenes para lograr una mayor resiliencia y disminuir así el impacto del abuso y la violencia.
Carlos Garfias habló de la importancia de las “comunidades sembradoras de paz”, donde niñez y juventud colaboran no sólo en actos aislados, sino en la creación de una cultura de paz, que sea incluyente y que fortalezca el núcleo de la sociedad. “¡Necesitamos familias unidas y más fuertes que nunca!”, dijo.
Vinculación e impacto social
Así se le llama a la tercera línea de acción propuesta por el Arzobispo de Morelia, y busca promover la vinculación con diferentes sectores, principalmente el educativo, con el objetivo de priorizar la sensibilidad y la responsabilidad; “porque necesitamos comprender que debemos convivir en armonía, impulsando acciones que sean favorables para cuidarnos, cuidar a los demás, y cuidar nuestra casa, en la que todos vivimos”, apuntó Garfias Merlos.
Finalmente, dejó en claro que, para que esto sea posible, todos deben ser constructores de paz, pues esto “no será únicamente por decretos gubernamentales, debemos comenzar por nosotros mismos: ser humildes, trabajar en equipo, defender los valores. La paz interior se encuentra en el perdón”.