El cardenal franciscano brasileño Cláudio Hummes, arzobispo emérito de San Pablo, fue nombrado el pasado 4 de mayo relator general del Sínodo de los Obispos que se celebrará el próximo octubre bajo el lema: ‘Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral’. Presidente de la Red Eclesial Panamazónica y amigo personal del papa Francisco, el purpurado carioca pidió “indignarse” ante la explotación que sufre esta región del mundo.
“Los intereses económicos y el paradigma tecnocrático repelen toda tentativa de cambio y están dispuestos a imponerse por la fuerza, violando derechos fundamentales de las poblaciones en el territorio y normas para la sustentabilidad y preservación de la Amazonía. Pero nosotros no debemos rendirnos. Será necesario indignarse. No una indignación violenta, pero sí firme y profética”, comentó Hummes en una entrevista con La Civiltà Cattolica cuyo contenido fue hecho público este lunes, 13 de mayo.
Ministro para su comunidad
En su conversación con el director de la revista, el jesuita Antonio Spadaro, el relator general de la próxima asamblea sinodal abrió la puerta a que el Sínodo explore nuevas formas de ministerio para la región amazónica. “Muchas veces existe la preocupación de trasplantar los modelos de los sacerdotes europeos a los eventuales sacerdotes indígenas”, comentó, destacando a continuación que “la comunidad no es para su ministro, sino el ministro para su comunidad. El ministro debe ser adecuado a las necesidades de la comunidad”.
Hummes enfatizó que “es esta necesidad de la comunidad la que debe movernos a pensar, tal vez, en ministerios diferenciados, porque la comunidad allí necesita una presencia adecuada. No queramos defender una especie de figura histórica de cómo debe ser un ministro, sin posibles variaciones, de modo que las comunidades deban aceptarlo así tal cual porque nosotros lo enviamos así”.
‘Viri probati’
Aunque el purpurado no mencionó directamente a los ‘viri probati’, entre las formas alternativas de ministerio que se analizarán en octubre está precisamente la ordenación de hombres casados y con una trayectoria cristiana acreditada por la experiencia.
El Sínodo debe facilitar la transición de una Iglesia indigenista a una Iglesia indígena. La primera, dijo el cardenal brasileño, “no basta” por lo que es preciso “dar un paso más”. “Nos sentimos llamados a ser una Iglesia que defiende los derechos humanos, que defiende los derechos indígenas, los de los ribereños y los de otros. Esto es una Iglesia indigenista. Ahora sabemos que debemos dar un paso más: debemos promover una Iglesia indígena para los pueblos indígenas, ayudar a que nazca y crezca una Iglesia indígena”, comentó Hummes.