De La Rioja a Montilla-Moriles, el vino y la religión ahondan en su profunda vinculación y singular simbolismo. “La idea nace porque, primero, La Rioja es la tierra del vino. Y aquí tenemos la suerte de contar con el Museo Vivanco, un museo excepcional del vino excepcional y uno de los más importantes del mundo. Hablamos con ellos y se ofrecieron a hacer un exposición que recorriera la presencia y el espíritu del vino en la religión. Este es el motivo”, explica Francisco José Suárez, abad de la catedral del Salvador, en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), y coordinador del Año Jubilar Calceatense.
Dentro de la programación de este evento por el milenario del nacimiento de santo Domingo de la Calzada, el convento de San Francisco acoge la muestra Espíritu del vino. El vino como valor religioso, comisariada por Eduardo Díez, director del Museo Vivanco de la Cultura del Vino, en Briones (La Rioja). “Es una exposición que ya se ha hecho en Santiago de Compostela, con piezas en algún caso del siglo IV antes de Cristo, pero que hemos ampliado con piezas inéditas de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño”, añade el abad. “Queríamos ofrecer lo que ha significado el vino en las diferentes culturas –señala–. Es realmente una exposición impresionante sobre esta vinculación entre vino y religión, que, además, para La Rioja son ambas importantes”.
Tres espacios expositivos
En Montilla (Córdoba), el año jubilar conmemorativo del 450º aniversario de la muerte de san Juan de Ávila se celebra bajo un único lema: Vitis Dei. “Esto fue una iniciativa del propio obispo, don Demetrio. Y fue quien sugirió Vitis Dei, la Viña de Dios, con la intención de vincular san Juan de Ávila con la tierra de Montilla. Porque al no ser nacido en Montilla, cuesta más que se le identifique como un santo local, pese a que pasó aquí los últimos dieciséis años de vida. Aquí murió y aquí quiso que le enterraran”, explica María José Muñoz, directora del Museo Diocesano de Córdoba. “Es un guiño a la población local –prosigue–. Y también, desde el punto de vista turístico, para vincular a san Juan de Ávila a la marca Montilla. Nos parecía que podía encajar mejor con ese atractivo fundamental de Montilla que es el vino. Ese era el doble guiño”.
La Diócesis de Córdoba y el Ayuntamiento de Montilla no han querido limitarse a una exposición en sí misma, sino que han identificado Vitis Dei con un amplio programa cultural. “Aparte de todo el simbolismo eucarístico que tiene el vino, que nos da mucho juego. De hecho, en el relato de este 450º aniversario de la muerte del Maestro está muy presente el vino y aparece continuamente. Nos daba mucho juego. Ese Vitis Dei, esa Viña del Señor, resume toda la constante alusión al vino, a los sarmientos, a la viña, que hay en las Escrituras”, añade la directora del Museo Diocesano, responsable de la programación del Año Jubilar junto al rector de la basílica de San Juan de Ávila en Montilla, José Félix García Jurado.