La sede del semanario del Arzobispado de Madrid, Alfa y Omega, se convirtió esta tarde en el escenario de un debate sobre la presencia del hecho religioso en la vida pública. Organizado en colaboración con el Foro Tender Puentes y moderado por el periodista Fran Otero, participaron en orden alfabético, con Ignacio Benito (PSOE), Borja Carabante (PP), Mayson Douas Maadi (Más Madrid), Marta González Isidoro (Vox), Belén del Pozo (Ciudadanos) y Carlos Sánchez Mato (IU – Madrid en pie).
Con diferencias a la hora de reflexionar sobre el papel de las Administraciones en relación a las confesiones, los diferentes partidos coincidieron en la necesidad de poner medidas a la hora de poner medios para proteger a los creyentes de cualquier tipo de ofensa al sentimiento religioso.
Posición neutra
La candidata de Más Madrid, Mayson Douas Maadi, reivindicó el papel de las confesiones religiosas en la vida cotidiana por tender puentes con los no creyentes. Así, planteó cómo los poderes públicos deben asumir una “posición neutra y garantizar que cada creencia pueda hacer uso del espacio público en cumplimiento de sus derechos y sus deberes”. “Aunque soy musulmana, mi misión es defender a creyentes y no creyentes, y garantizar la libertad religiosa para todos”, añadió. En esta misma línea, apreció la guía realizada por el equipo de la alcaldesa Manuela Carmena para orientar a las administraciones locales cómo actuar para “respetar la diversidad religiosa” haciendo de la capital “un espacio inclusivo”.
Por otro lado, el representante del Partido Popular, Borja Carabante, señaló que “no estoy dispuesto a relegar mi religión en el ámbito privado”. “Me gusta ver a mis políticos vivir con libertad su fe y expresarse como sucede en las fiestas de San Isidro”, añadió. En esta misma línea, sentenció que “no creo que la Iglesia tenga privilegios”, sentenció, a la vez que defendió los acuerdos Iglesia-Estado y la aportación de los católicos a la sociedad: “La Iglesia, no solo tiene ningún privilegio, sino que aporta tanto a la sociedad, que el Estado no sería sostenible sin su actividad”. “El papel de las instituciones debe ser garantizar el hecho religioso con total naturalidad, como lo viven los ciudadanos en su día a día”, planteó.
Una ciudad abierta
La representante de Ciudadanos, Belén del Pozo, presentó Madrid como “una ciudad abierta que acepta a todo tipo de religiones”, eso sí, desde el laicismo. “Nosotros somos liberales: consideramos que las religiones son entidades vertebradoras de la sociedad”, comentó Del Pozo, que defendió la necesidad de establecer políticas que limiten cualquier ofensa contra los sentimientos religiosos, “vengan de donde vengan”. “La injerencia de los poderes públicos debe ser mínima, simplemente ser árbitros entre las confesiones religiosas”, añadió, a la vez que propuso iniciativas que el Ayuntamiento debe realizar para vertebrar la convivencia, como talleres y campañas de concienciación. Sobre su realidad personal, admitió que “los católicos en Ciudadanos no nos sentimos marginados, porque precisamente nosotros creemos en la libertad”.
Por su parte, el concejal Carlos Sánchez Mato, de IU-Madrid en pie, reclamó “un estado laico de verdad”. “Soy cristiano, de parroquia, del barrio de Aluche y estoy convencido de que el laicismo es el camino”, defendió.
Participación plena y real
El socialista Ignacio Benito planteó que “hay que avanzar en un modelo pleno y real de participación” de las diferentes confesiones religiosas, reconociendo el trabajo que realizan. En este sentido, puso en valor cómo la Iglesia es el principal agente de acción social en la Cañada Real y el Gallinero. “¿Cuántas personas ancianas viven solas y la única persona que tienen apoyo es el sacerdote de su parroquia?”, preguntó al auditorio, a la vez que apuntó que “lo religioso no puede reducirse al ámbito privado”. “Es fundamental dotar a los Ayuntamientos de recursos legislativos y financieros para dotar de esta presencia”, apostó.
Marta González Isidoro, de Vox, comentó que “España es un estado plural y de derecho, cuya Constitución que garantiza la libertad religiosa”. “Hay partidos que no es que avalen los ataques a la libertad religiosa, pero no condenan de forma seria las agresiones verbales, a instituciones, a centros, no solo católicos sino también al islam o al judaísmo”, denunció.
“Cuando por un lado escucho laicismo, comprendo el sentido de no injerencia del poder público. Pero nuestra Constitución es laica y no confesional, esto es, garantiza un modelo de laicismo positivo”, aclaró González, a la vez que dejó caer cómo “la Iglesia tiene sus puertas abiertas, pero echo de menos unas puertas abiertas en el Islam”.