Uno de los momentos más impactantes del viaje del papa Francisco a Rumanía se dio el domingo 2 de junio cuando, en un emotivo encuentro con la comunidad romaní en Blaj, pronunció una histórica petición de “perdón” a los gitanos por los muchos prejuicios que han padecido, también, en su relación con la Iglesia.
En Madrid hay quienes, movidos en buena parte desde la fe, buscan romper fronteras y se entregan plenamente al abrazo a los gitanos rumanos, estigmatizados no solo en Rumanía, sino también en España. Es el caso de la ONG Futuro Cierto, formada completamente por personal voluntario y que, desde un local cedido por una parroquia de la capital (sus miembros son cristianos y son convocados a las reuniones de la Vicaría de la Archidiócesis de Madrid a la que pertenecen, aunque la asociación no tiene carácter confesional), ayudan a todo tipo de personas con diferentes problemáticas.
Apoyo y formación
En conversación con Vida Nueva, su presidente, Manuel J. García, explica que Futuro Cierto nació en 1997 “para ayudar a los jóvenes que se encuentran en los centros de menores y hogares de protección y que, al cumplir los 18 años, deben abandonar los mismos por impositivo legal”. Con el tiempo, “a este colectivo se han ido sumando jóvenes en situación de exclusión social y sin hogar”, siendo el caso, entre otros, de varios gitanos rumanos.
En este sentido, el apoyo de la parroquia es clave, pues “nos dejan dependencias para el almacenamiento de los bienes que se reparten (alimentos, ropa, mantas, productos de higiene…) y es donde se les atiende y se les da formación en lecto-escritura”. Además, en la vecina Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús les han proporcionado un baño completo donde se asean y duchan las personas atendidas por ellos. Ahora mismo, su objetivo es “encontrar a alguien que pueda alquilarnos una casa para abrir una residencia e integrar plenamente a estos jóvenes”.
