“Un pensamiento insistente me acompaña a pensar en Irak, donde tengo la voluntad de ir el próximo año, para poder mirar hacia adelante a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes religiosos de la sociedad, y no caer en tensiones que provienen de los interminables conflictos de las potencias regionales”. De esta manera se ha expresado esta misma mañana el papa Francisco en su audiencia a los participantes de la reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO, por sus siglas en inglés).
Francisco confirma de esta manera su intención de tocar suelo iraquí el próximo año. Una idea que ya ha expresado con anterioridad, pero que nunca ha llegado a materializarse porque las condiciones en el país no lo han permitido, como ha reconocido el Vaticano.
Pero más allá de Irak, el Papa también tuvo presente en su discurso a Siria. “Una vez más, pienso con tristeza en el drama de Siria y las densas nubes que parecen espesarse en algunas áreas que aún son inestables y donde el riesgo de una crisis humanitaria aún mayor sigue siendo alto”. Asimismo, ha recordado que no puede dejar de pensar en “los líderes de los países que hablan de paz y venden armas para hacer estas guerras”. Y ha aseverado: “Esta hipocresía es un pecado”.
De Tierra Santa a Ucrania
Por otro lado, sobre Tierra Santa ha valorado “el reciente anuncio de una segunda fase de estudio de la restauración del Santo Sepulcro, acompañado por los esfuerzos sinceros de todos los actores locales e internacionales para que una convivencia pacífica llegue pronto”.
Tampoco se olvida de Ucrania, por quienes reza para que “su población pueda encontrar la paz, cuyas heridas causadas por el conflicto he tratado de aliviar con la iniciativa caritativa a la que han contribuido muchas realidades eclesiales”.
Y, una vez más, no ha perdido la oportunidad para recordar a todos aquellos que “huyen en barcos en busca de esperanza, sin saber qué puertos podrán recibirlos en Europa”. Al mismo tiempo, ha denunciado a quienes sí abren los puertos para “cargar armas, capaces de producir una devastación”.
Por último, el Papa ha pedido a todos los presentes que le ayuden a “difundir y dar a conocer” el documento firmado en Abu Dhabi junto al Gran Imam de Al-Ahzar, Ahmed el Tayeb, pues se trata de “una buena alizanza para el futuro de la humanidad”.