Un grupo de cristianos de Gipuzkoa se reunieron ayer en el puerto de Pasaia para mostrar su “apoyo, solidaridad y voluntad de compromiso” con la asociación Salvamento Marítimo Humanitario y la tripulación del barco de salvamento Aita Mari. Y lo hacen porque quieren vivir “en coherencia con nuestra conciencia humana y el mensaje de fraternidad universal del Evangelio de Jesús”, han explicado en un comunicado.
Los miembros de cuatro parroquias de San Sebastián –Pasai Antxo y Pasai San Juan, Deba y Azkoitia– mantienen que no quieren ser “cómplices de la inhumanidad de los gobiernos de Italia y España: la prohibición de rescatar seres humanos en riesgo de perder la vida en el mar, las amenazas vertidas contra quienes representan testimonios activos de humanidad y dignidad ética, las detenciones, multas y juicios de que son objeto, nos impulsan a manifestar que rescatar personas no es un delito, sino una obligación que ennoblece a quien lo hace y a la sociedad misma”.
En el manifiesto leído ante el barco de salvamento, han recordado que “si la acción política carece del soporte de los valores éticos en la defensa de los derechos humanos fundamentales –el derecho a la vida y a recibir una asistencia humanitaria, protección, seguridad y asilo internacional–, queda deslegitimada, por muchas leyes que se invoquen”. Y es que “las leyes nunca se pueden aplicar contra las personas y sus derechos. Las leyes nunca pueden, legítimamente, provocar muerte”, han subrayado.
598 fallecidos en lo que va de año
La realidad es que en lo que va de año son 598 las personas fallecidas en el Mediterráneo, “personas que podían haber sido rescatadas”, mantienen. “Estos muertos representan un desafío que se extiende a todos. Todos hemos de ser capaces de sentirnos corresponsables. Por ello nuestra presencia aquí quiere ser reflejo de nuestro compromiso personal y comunitario, presente y futuro, con el barco Aita Mari”, han añadido.
Por otro lado, antes del minuto de silencio y la oración final, las distintas comunidades cristianas han querido agradecer a las instituciones vascas la ayuda que están prestando al barco Aita Mari. Por su parte, ellos se han comprometido a seguir apoyando la causa. Al mismo tiempo, han reclamado a los obispos del País Vasco un apoyo “público y económico” al barco Aita Mari, “en sintonía con el Santo Padre, ante este drama humanitario del Mediterráneo”.
El pasado 5 de junio, los responsables de Salvamento Marítimo Humanitario-Aita Mari pudieron encontrarse con el papa Francisco en la audiencia pública de la plaza de San Pedro. Francisco les alentó allí a seguir con su misión humanitaria repitiéndoles por tres veces un mismo mensaje: “¡Sigan trabajando!”. Y añadió: “Me parece un horror, no me cabe en la cabeza que haya helicópteros y barcos que ven seres humanos en peligro y no les ayuden. Dios nos castigará por esto”.