JUEVES 11. Escuchado en televisión. “La sinceridad está sobrevalorada”, advierte el presentador a un invitado antes de que se desahogue en directo. No tanto por una invitación a que mienta, sino consciente de que soltar la verdad que en ese momento contiene en cabeza y corazón puede provocar un tsunami mayor. No se trata de un alegato a favor de la mentira, del maquillaje verbal o de lavarse las manos. Más bien, una invitación a cuidar el cómo y el cuándo. Consejo apto para intervenciones públicas eclesiales varias.
VIERNES 12. Citómetro. Dícese del medidor utilizado por algunos feligreses para constatar la afección o desafección de un sacerdote a un pontificado determinado. De instalación sencilla en la parroquia, se ubica frente al altar. Su conexión inalámbrica permite captar la señal desde cualquier banco. Detecta el número de veces que se menciona a Francisco y a sus predecesores. No solo realiza un análisis cuantitativo, sino también cualitativo. Porque en no pocas ocasiones, las referencias al Papa latinoamericano se fuerzan para justificar las tesis precocinadas en el seminario.
SÁBADO 13. Reunión del equipo de Misión Compartida. Reflexión sobre las comunidades laicales y su configuración. Me quedo con la duda de si la generosidad y apertura mostrada por una religiosa que se muestra dispuesta y disponible para compartir techo y vida con cualquier hermana, la tenemos los seglares para acoger al otro en una reunión semanal. Runrún.
DOMINGO 14. Documental sobre Parchís. Aquellos niños famosos de ayer son cincuentañeros hoy. No se ven como juguetes rotos. Simplemente se contemplan a sí mismos como unos chavales que vivieron una infancia diferente. Con sus momentos de dolor y gloria. Menos almodovariano de lo que pudiera imaginarse.
LUNES 15. La familia sí importa. Y mucho. Para este Papa, más de lo que se imaginan los que la exhibían públicamente como el ariete católico frente a un mundo desnortado sin referencias. Solo basta esperar un poco más para saber cuánto y cómo se cuidará y alentará.
MARTES 16. La terna ya está en Roma. Con todos los esperados. Con todos los apadrinados. Y uno más. Que hasta ahora no estaba en ninguna quiniela. Pero no le pierdan de vista. Aunque no le entreguen esta mitra.