"El momento del parto es un milagro tan portentoso que he querido repetirlo. Ha sido el punto de máxima intensidad existencial, donde cada célula de mi cuerpo, cada pensamiento de mi mente, cada deseo de mi corazón estaban concentrados en ese único punto, que no era yo. La paradoja de la vida, del encontrarla aceptando no tenerla y no controlarla".