“Solicitamos al Estado Nacional disponga las medidas necesarias para declarar la emergencia alimentaria y nutricional”. Con este pedido, el equipo de Pastoral Social emitió una declaración para subsanar el incremento de la pobreza y la desocupación.
La exigencia se centra en el aumento indiscriminado de los precios de la canasta básica, y las dificultades que tienen los más vulnerables para acceder a estos alimentos.
Reconocen que aunque el Estado Nacional está asistiendo con mayor ayuda alimentaria, no resulta suficiente “para paliar las deficiencias de este tiempo”.
Pobreza que avanza
Canasta Básica y aumento de presupuestos
Según la Comisión, “es urgente implementar una Canasta Básica de Primera Infancia con productos esenciales que puedan ser distribuidos gratuitamente y/o a costo subsidiado para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, la salud, y los cuidados de calidad de niñas y niños…”. El pedido incluye no sólo productos alimenticios y nutrientes, sino también medicamentos, y hasta pañales.
Este reclamo se hace extensivo para las organizaciones que trabajan brindando un servicio alimentario: “comedores, huertas escolares, comunitarias y familiares, emprendimientos de la agricultura familiar y social”, para quienes se solicita -y de manera urgente- aumentar el presupuesto que se les destina para garantizar la equidad y la calidad federal de los servicios de asistencia alimentaria y nutricional.
Guiados por las palabras del Papa Francisco, recuerdan que la fraternidad es el principal fundamento de la solidaridad, y que son necesarias políticas eficaces… que aseguren a las personas –iguales en su dignidad y en sus derechos fundamentales– el acceso a los bienes, de modo que todos tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente como personas.
Alientan a las comunidades y a Cáritas, a ser “artesanos de fraternidad y solidaridad”, porque -como dice la canción Jesús Eucaristía- ‘No es posible morirse de hambre en la Patria bendita del pan’.