El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha recibido este lunes, 23 de septiembre, al presidente de la Generalitat de Catalunya, Joaquim Torra, en el palacio arzobispal con motivo de la festividad de Santa Tecla. Una fecha que no solo representa la fiesta mayor de Tarragona, sino que, tal como ha señalado el arzobispo, representa a una santa en la que se cimientan “las raíces cristianas”, así como en la “misma predicación del apóstol san Pablo”, de quien fue discípula.
Durante la celebración de la eucaristía en la catedral, dedicada a la misma santa, Planellas ha recordado que “son muchas las tormentas” que azotan a España. “La falta de acuerdos en la política nos ha llevado a vivir en un país dividido”, ha subrayado, “además, ahora, estamos abocados a unas nuevas elecciones, y se siguen aplazando los problemas y las grandes cuestiones sociales y materiales que se deberían afrontar de forma urgente”.
Ante todo ello, y ante un templo abarrotado, el arzobispo se ha cuestionado si realmente “hay voluntad de diálogo humilde y sincero, con capacidad de renuncia por parte de todos y con el propósito de sabernos perdonar las ofensas”, así como de “saber escuchar al otro, al que no piensa como yo pienso, sabiendo que, como afirma el papa Francisco, escuchar es más que oír”.
Los males de la sociedad
“Otra plaga es el drama de la inmigración que huye del hambre, de la guerra y de la extrema pobreza”, ha añadido el prelado, quien no ha podido dejar de recordar a todos aquellos que han muerto en el Mediterráneo cuando buscaban una vida mejor. “En este ámbito, quisiera hacer mención de los menores de edad que han conseguido llegar a nuestras playas”, ha dicho, “pero que han sido abandonados en la arena de la playa de la vida sin ningún tipo de orientación ni ayuda, y que agravan el problema de los sin techo, de los que deambulan por nuestras calles y plazas, después de una vida desgarrada a vueltas por hechos inverosímiles e incomprensibles, son descartados junto al camino, sin haber encontrado el gesto humilde y generoso de ningún buen samaritano”.
Del mismo modo, ha señalado las “tormentas” de la “precariedad laboral de nuestros jóvenes y el desempleo que afecta especialmente a la gente sencilla de nuestros barrios, con una bajada generalizada de sueldos y con contratos a tiempo parcial y sumamente precarios”, así como la del aumento “de las diversas formas de dependencia entre los jóvenes, con el uso y abuso de sustancias estupefacientes, de alcohol, con problemas de anorexia o bulimia, con problemas de ludopatía o de adicción a internet”.
“Otra plaga es la violencia contra las mujeres y niños, además de los no nacidos, que son los más vulnerables”, ha aseverado Planellas, quien ha apuntado el “escalofriante dato de la ONU” de que “más del 25% de las personas afirman que han sido víctimas de abusos sexuales durante su infancia”. “Son estas, y muchas otras que podríamos añadir, las tormentas o las plagas que nos cuestionan como comunidad y que ponen en juego el valor de nuestro espíritu”, ha apuntado. Ante todo ello, “muchas veces nos preguntamos cómo ayudar personal y comunitariamente” y, por eso, ha recalcado que “no hay otra salida mejor que la del Evangelio. La salida se llama Jesucristo”.
