“¿Por qué un hombre que no es obispo ni sacerdote puede votar y no hay ninguna mujer que pueda votar?”. Es la pregunta que ayer se hacía Teresa Forcades en Roma en conversación con EFE. La monja catalana reaparece así de forma pública después de que en abril decidiera volver a su convento benedictino tras cuatro años de vida política en favor del ‘procés’. La fundadora de Proces Constituent regresó a su comunidad ya que considera que el ‘procés’ está agotado.
Junto a Forcades, diferentes religiosas de Europa, América y África pidieron a las puertas del Vaticano que la Iglesia les escuche, les trate como a iguales y les permita votar en los sínodos en un acto organizado por la asociación internacional de mujeres católica Voices of Faith.
A cuatro días del pistoletazo de salida del Sínodo de la Amazonía, las mujeres reclaman que no se les silencie. Y es que denuncian que ninguna de las 35 mujeres que entrarán al aula sinodal –20 son monjas– podrán votar.
“La Iglesia tiene una estructura patriarcal”
En la intervención de Forcades en una conferencia organizada por Voice of Faith, afirmó que la Iglesia “tiene una estructura patriarcal” que debe cambiar y que “no puede dar testimonio en el mundo si ignora las voces y la perspectiva de las mujeres”.
El acto contó con las intervenciones de otras religiosas, que se pronunciaron en el mismo sentido. También participó el obispo suizo Félix Gmür, quien reconoció que “es importante que las inquietudes de las mujeres se estudien a nivel teológico”.
Por su parte, el secretario del Sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, se refirió a esta cuestión durante la rueda de prensa de presentación del Sínodo y se limitó a citar los reglamentos de la asamblea que limitan la votación solo a los obispos y a quien autorice excepcionalmente el Papa.