El arzobispo de Zaragoza, en la homilía del Pilar: “La mejor ofrenda de flores son los pobres”

  • Vicente Jiménez Zamora reivindica una “fe con dimensión social” en el día de la Fiesta Nacional
  • “Si el Evangelio que anunciamos no se traduce en buena noticia para los pobres, pierde autenticidad y credibilidad”, enfatizó

El arzobispo de Zaragoza, en la homilía del Pilar: “La mejor ofrenda de flores son los pobres”

El arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, ha instado a los maños a cultivar una fe “con corazón, encarnada en la vida, con dimensión social y servicial, comunitaria y eclesial, unida a la misericordia”. Es la hoja de ruta que propuso este mediodía en la eucaristía celebrada en la catedral con motivo de la solemnidad del Pilar.

“La Virgen del Pilar es fuerza para la renovación de nuestra fe”, reivindicó el pastor de Zaragoza, que en tono poético comentó que “lejos de estar dormida, como la jota, vela de día y de noche”. “La Virgen del Pilar no está dormida ni callada, nos habla en lenguaje claro y clave moderna constituyendo un elemento importante de cohesión y de identidad en España y en el mundo católico”, aseveró.

Sirviéndose de las palabras de Juan Pablo II en su visita a la capital maña en 1982, imploró para que “la fe de los españoles sea fecunda y operante, que se haga solicitud hacia todos, especialmente hacia los más necesitados, marginados, minusválidos, enfermos y los que sufren en el cuerpo y en el alma”.

Servicio privilegiado

“Si el Evangelio que anunciamos no se traduce en buena noticia para los pobres, pierde autenticidad y credibilidad”, enfatizó Jiménez, que insistió en que “el servicio privilegiado a los pobres está en el corazón del Evangelio”. Es más, apuntó que “para ello necesitamos una espiritualidad que anime el trabajo en el campo social y de la caridad: una espiritualidad de la ternura y de la gracia; una espiritualidad transformadora, pascual y eucarística”.

En este sentido, quiso dar sentido a la tradicional ofrenda floral en la que se espera que participen más de 350.000 personas: “La mejor ofrenda de flores a la Virgen es la ofrenda de los frutos de esas flores: el amor, la alegría, la paz, la justicia y la solidaridad, especialmente con los pobres”. “No dejemos que ‘los pilares nos impidan ver el Pilar’, porque sin Pilar no hay pilares”, apostilló.

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