Tras morir el 20 de noviembre de 1975 y ser enterrado tres días después en el Valle de los Caídos (por disposición del recién proclamado rey, Juan Carlos I, pues el dictador había pedido ser enterrado en El Pardo, cerca de donde residió en sus casi cuatro décadas como Jefe del Estado), los restos de Francisco Franco serán exhumados este jueves 24 de octubre a las 10:30 horas y, a continuación, serán enterrados en el cementerio de Mingorrubio-El Pardo, donde reposan también los de su esposa, Carmen Polo.
Así lo acaba de confirmar, a primera hora de este lunes 21, el Gobierno de Pedro Sánchez. Se cumple así con lo anunciado por la vicepresidenta, Carmen Calvo, quien, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes 11, explicó que Franco sería exhumado en un plazo de dos semanas, hasta el día 25 como máximo.
Malestar de los benedictinos
Como anunció el prior de la comunidad benedictina, Santiago Cantera, los monjes que impulsan la pastoral y las celebraciones en el Valle de los Caídos no se opondrán físicamente a la exhumación. Eso sí, han reiterado que no comparten la decisión del Ejecutivo socialista y han llevado hasta el final, junto a la familia Franco, la vía judicial con el fin de que esta se retrasara o anulara.
Fracasada esta vía, muestran su malestar a la exhumación a través de gestos. Especialmente desde la cuenta oficial de Twitter de la hospedería, donde la califican de “profanación”. También lamentan la decisión del Gobierno de cerrar el recinto días antes, impidiendo que no puedan acceder ni siquiera los que tenían una reserva previa para comer o pernoctar en la hospedería.
A las 14:50 horas ha entrado en El Valle maquinaria pesada para proceder a la profanación pic.twitter.com/OUm6zxhTpR
— Valle de los Caídos (@hospederiavc) October 20, 2019
Como informa El Diario, el último roce se produjo en la tarde de ayer domingo, cuando ocho de los religiosos se saltaron la prohibición de acceso a la basílica anunciada por la Delegación del Gobierno en Madrid y que regía desde las 14:00 horas. Los monjes estaban en la zona vetada más allá de esa hora y lo grabaron con sus teléfonos móviles. Los guardias civiles presentes informaron a sus superiores y estos se dirigieron a su vez a Cantera, retirándose los benedictinos definitivamente.