“En un mundo donde abundan el egoísmo y las divisiones, es precisamente el noble gusto del amor incondicional lo que sirve como antídoto y abre el camino al significado trascendente de nuestra existencia”. Así se ha expresado el papa Francisco hoy durante su audiencia con una delegación del Ejército de Salvación, uno de los brazos sociales más conocidos de la Iglesia protestante.
“El amor gratuito que inspira gestos de servicio hacia los necesitados no es solo la levadura, sino también la fragancia del pan recién horneado. Atrae y convence. Los jóvenes en particular necesitan sentir esta fragancia, porque en muchos casos falta en su experiencia diaria”, ha indicado el Papa durante su alocución.
Un testimonio de servicio a los pobres
El Papa ha agradecido al Ejército de Salvación su testimonio al servicio de los pobres. “Esto los convierte en un signo reconocible y creíble de amor evangélico, en obediencia al mandato del Señor: ‘Ámense los unos a los otros'”.
Durante su discurso, Francisco ha recordado las palabras del antiguo general del Ejército de Salvación, quien hace cinco años le dijo que “la santidad trasciende las fronteras confesionales”. “La santidad que se manifiesta en acciones concretas de bondad, solidaridad y curación habla al corazón y da fe de la autenticidad de nuestro discipulado. Sobre esta base, los católicos y los miembros del Ejército de Salvación pueden ayudarse mutuamente y colaborar cada vez más con respeto mutuo, incluso en la vida de santidad”, ha reclamado Jorge Mario Bergoglio.