“Hay muchos signos de esperanza y de futuro en la vida consagrada en la medida en que sea profética, intercongregacional, multicultural y tenga presencia de fronteras”. Sin margen de duda. Es la visión de José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Así se lo hizo ver esta mañana a los superiores mayores y provinciales participantes en la XXVI Asamblea General de la Conferencia Española de los Religiosos (Confer).
El religioso franciscano hizo un llamamiento, eso sí, a cuidar especialmente la fidelidad y la formación permanente, así como a continuar en el proceso de la concepción piramidal de la vida comunitaria a una mayor horizontalidad. “Todavía noto que hay mucho autoritarismo porque nos llegan muchas denuncias por abuso de poder. También estamos preocupados por las denuncias que nos llegan de abusos a religiosas”, señaló Carballo.
Atentos a los espejismos
“Vivimos una crisis global de vocaciones, hay que estar atentos a los espejismos cuando nos dejamos deslumbrar por países que parece que tienen más vocaciones, pero también hay que mirar los abandonos. Tenemos que asumir la realidad de la reducción y no tenemos que tener miedo. Lo importante no es el número sino la calidad”, señaló. “España tiene mucho que aportar todavía a la vida consagrada, especialmente en materia de reflexión, si dejamos de llorar y nos centramos en ver cómo podemos innovar”, animó.
“Dentro de muy poco la vida consagrada tendrá un rostro fundamentalmente latino y asiático, aunque si me preguntan, para mí América no representa el futuro, sino Asia, especialmente Vietnam, Corea del Sur, Indonesia, Filipinas e India”, comentó entusiasmado, a la vez que alertó de cómo algunos institutos europeos están viviendo una división en su seno en la medida que están los religiosos de países de las periferias asumen cargos. “Sin llegar al extremo, en otros casos, se mantiene un control sobre ello. Por ejemplo, elegimos una general africana, pero la vicaria y la ecónoma siguen siendo españolas para controlarlas”, advirtió Carballo.
Nuevas formas de vida consagrada
El secretario general de la CIVCSVA no eludió abordar cuestiones peliagudas. “Tenemos un problema con las nuevas formas de vida consagrada”, admitió. De hecho, tal y como adelantó Vida Nueva, confirmó que la Asamblea General de la Congregación de 2020 abordará esta cuestión.
En esta misma línea, reconoció abiertamente que los abandonos “son hoy una hemorragia para la vida religiosa. Cada año dejan su congregación más de 2.000 religiosos, pero el Papa me sigue animando a que publiquemos los datos porque no hay motivo para avergonzarse”.
El papel de la mujer
Sobre el papel de la mujer en la Iglesia, subrayó que “tiene que ocupar un lugar importantísimo a la hora de la toma de decisiones en la Iglesia”. “Hemos hecho todo lo posible para que seis mujeres sean miembros de hecho y de derecho en la Plenaria de la Congregación, puesto que hasta ahora eran solo invitadas”, explicó. “Creo que la reforma de la Curia va a traer más aires femeninos y es lógico”, adelantó.
En relación al futuro documento vaticano Mutuae relationis, explicó que “va muy lento, pero queremos entregarle ya el borrador al Santo Padre”. Según adelantó, contará con un contenido teológico, jurídico y pastoral, que se basará en tres principios: la Iglesia comunión-Pueblo de Dios, la justa autonomía de la vida consagrada y la co-esencialidad de dones con la Iglesia diocesana. “Hasta ahora las mutuas relaciones solo eran entre obispos y superiores, ahora se establecerán de manera más asimétrica”, subrayó, añadiendo a renglón seguido que “ni la jeraquía puede prescindir de los carismas ni los carismas de la jerarquía, cada uno aportando su don específico”.
“Los mártires son un signo de futuro de la vida consagrada. El día que nos falten los mártires, se enciende una luz roja para la Iglesia”, sentenció además, como invitación a cultivar la esperanza.