Honduras no puede esperar

Porfirio-LoboPor si no hubiera suficientes actores en la escena hondureña, al depuesto Manuel Zelaya y a su sucesor en el cargo, Roberto Micheletti, se les ha venido a unir Porfirio Lobo, del Partido Nacional, vencedor en las elecciones presidenciales del 29 de noviembre. Un resultado de dudosa legitimidad, sin embargo, dado el elevado índice de abstención (un 40%) y el hecho de que fuera un Gobierno golpista el que convocara a las urnas.

Así lo ha hecho saber, al menos, el propio Zelaya, quien ha pedido a la comunidad internacional que no reconozca esos comicios. Brasil, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Bolivia y Venezuela han secundado esta decisión. Otros muchos países –entre ellos, España– no se han posicionado con claridad. Y, mientras, uno de los pueblos más pobres del continente sigue sin saber en manos de quién está. ¿Hasta cuándo esta farsa de “alta política”?

En el nº 2.686 de Vida Nueva.

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