Esta obra de Pilar Márquez (PPC, 2009) es recensionada por Maite López Martínez.
Dios es música
Autora: Pilar Márquez
Ilustraciones: Isabel Guerra
Editorial: PPC
Ciudad: Madrid
Páginas: 222
(Maite López Martínez) Mucho se escribe de teología (dicen que más de lo que se lee). También abunda la literatura (erudita, en su mayoría) sobre musicología. Tratados sobre Dios y tratados sobre música no son difíciles de encontrar en las estanterías de las librerías. Pero, lamentablemente, escasean las publicaciones que hablen, expliquen y analicen esa fascinante relación: Dios y la música. Por eso se pillan más a deseo y se valoran más cuando ven la luz. Son libros necesarios.
La editorial PPC acaba de aventurarse (no deja de estar destinado a un público sectorial) con la publicación de una obra que, sin duda, destaca por muchas y buenas razones. En primer lugar, por la novel autora, Pilar Márquez, experimentada cantante lírica y poseedora tanto de una sólida carrera musical como de una adecuada formación teológica.
El libro, en el fondo, viene a describir la Historia de la Salvación a través de la Sinfonía trinitaria, una gran metáfora. Lo hace con ingenioso paralelismo entre los tiempos y movimientos de ésta y las diversas fases y etapas de aquélla. Ciertamente, la autora ha sabido dotar a su peculiar “sinfonía” de una carga de experiencia rica, profunda y cualificada tanto en el campo musical como en el teológico, algo que no pasa desapercibido para el lector. Es, además, original en la articulación de las figuras que utiliza y creativa en su exposición de la imagen de dicha Sinfonía trinitaria.
El eje central de su tesis, el principio y fundamento de la misma, es que Dios no sólo está en el origen de la música (Dios y la música), ni sólo habita en ella (Dios en la música), sino que Él mismo se hace música, algo que la autora intenta mostrar (con un convencimiento y una pasión que más raya la demostración empírica) con increíble detalle y solidez: Dios es música. Llaman poderosamente la atención frases propias e interesantes expresiones de una gran belleza, y que manifiestan verdades con atractiva nitidez. Abundan las citas, bien escogidas, de músicos y de teólogos, de escritores y de filósofos, que dialogan entre sí, sin que falten referencias constantes a la Palabra de Dios.
Valores añadidos al libro (pero no menos sustanciales) son las ilustraciones de Isabel Guerra (la ‘pintora de la luz’) y el CD con la 9ª Sinfonía de Beethoven, a la que dedica un análisis paralelo a su exposición, sumergiéndose en la evolución espiritual del genio. Ambos elementos artísticos acompañan la reflexión y propician la experiencia que, en el fondo, es de lo que se trata: animar a vivir (música y fe) más a fondo, más intensamente, con más sentido.
En el nº 2.686 de Vida Nueva.
