Vivir por dentro

José María Rodríguez Olaizola(José Mª Rodríguez Olaizola– Sociólogo jesuita)

“Al acercarnos a otra Navidad, se me ocurre que, un año más, cabe la posibilidad de vivirla por fuera o también –y especialmente– por dentro. Por fuera es de algún modo inevitable, con toda la carga de celebraciones y dinámicas sociales que trae consigo. Pero la posibilidad de vivirla de otro modo es fascinante”

Cada vez se ven más programas, cursos, talleres y jornadas que invitan al cultivo de la interioridad. Ésa es la palabra. Se habla menos de oración, vida espiritual, discernimiento. Como que tuviese menos tirón. Es fácil de entender. Estos conceptos asustan un poco, parecen muy explícitos, para iniciados o convencidos. Lo de interioridad es más neutro, más sugerente, uno diría que más apetecible. Y con un toque de mala uva, también diría que más políticamente correcto. ¿Quién no quiere vivir por dentro? ¿Quién no quiere tener “mundo interior” y hasta poder presumir de él?

Sea como sea, no está mal que brote la conciencia de esa necesaria vida interior. Porque vivimos en sociedades que no fomentan la hondura, sino lo inmediato. No ayudan a trabajar lo profundo, sino a vivir en superficies por las que es fácil pasar sin dejar huella. Éste es el riesgo. Noticias que se desvanecen. Titulares sin contenido. Sentimientos sin historia. Urgencias sin proceso. Afirmaciones sin argumento. Vidas sin proyecto. Fe sin preguntas. Tormentas sin ancla. Pero frente a ese riesgo existe la posibilidad de aprender a pensar, sentir de otro modo, creer de verdad, escuchar en el silencio y buscar lo importante.

Al acercarnos a otra Navidad, se me ocurre que, un año más, cabe la posibilidad de vivirla por fuera o también –y especialmente– por dentro. Por fuera es de algún modo inevitable, con toda la carga de celebraciones y dinámicas sociales que trae consigo. Pero la posibilidad de vivirla de otro modo es fascinante. Compartir el vértigo de un “Hágase”. Asomarse al misterio. Intuir la intemperie. Adorar la debilidad capaz de cambiar el mundo. Afrontar el mal, que también nos muerde por dentro. Celebrar la Vida.

jmolaizola@vidanueva.es

En el nº 2.687 de Vida Nueva.

Compartir