El Consejo Indigenista Misionero (CIMI), órgano vinculado a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, celebró su 40ª Asamblea de la región norte, en la ciudad de Manaos, con la participación de misioneros, religiosas, laicos, obispos, líderes indígenas y representantes de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en medio de fuertes tensiones con el gobierno de Jair Bolsonaro, quien en su gestión ha emprendido una política contra los pueblos amazónicos llegando al punto de “volver a los tiempos oscuros de la dictadura militar”, según afirman.
El tema central de este encuentro fue “Tierra, agua y territorios: Sínodo de la Amazonía y fortalecimiento de la causa de los pueblos indígenas”, para seguir haciendo eco de la publicación ‘Querida Amazonía’, además de abordar los problemas más acuciantes de las poblaciones del norte, las más golpeadas por la violencia y represión gubernamental.
Presencia continua de la Iglesia
Para Márcia de Oliveira, docente de la Universidad Federal de Roraima y auditora del Sínodo Amazónico, quien participó de esta asamblea del CIMI, ha denunciado que toda esta situación es producto de “la compra de líderes, la fragmentación de las comunidades, el genocidio de pueblos y culturas, demonizados por iglesias pentecostales, cada vez más presentes en regiones estratégicas”.
Por tanto –apunta la experta– todo esto “desafía a la Iglesia Católica a tener una presencia continua en las comunidades más distantes”. Además el llamado turismo ecológico en este contexto “abre el camino para el trabajo esclavo y la trata internacional de personas”.
Seguir en la lucha
En un comunicado, suscrito por todos los participantes, al final de la Asamblea, han puesto sobre la mesa los graves problemas que viven a diario los indígenas, entre los que están el irrespeto de los derechos sobre sus territorios a través de la minería ilegal como también las amenazas y asesinatos de muchos de sus líderes.
Asimismo han denunciado que los sectores más poderosos actúan bajo el amparo del gobierno de Bolsonaro, ejecutando políticas inconsultas y depredadoras de la Amazonía, por ello mantienen firme su compromiso de seguir luchando por el bien de los pueblos indígenas.
Foto: CIMI