El cardenal Giovanni Battista Re rebate una a una las tesis del cardenal arzobispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, sobre el histórico acuerdo entre la Santa Sede y China. En una carta dirigida al purpurado asiático a la que ha tenido acceso Nueva Bussola Quotidiana, el decano del Colegio cardenalicio le aclara que “los últimos tres Papas apoyaron y acompañaron la redacción del acuerdo que en la actualidad parece ser el único posible”.
Es la respuesta de la Santa Sede tanto a la misiva que Zen envió al organismo que aglutina a todos los purpurados del planeta el 27 de septiembre de 2019 como a otras tantas declaraciones que el purpurado ha realizado durante estos meses en diversos medios de comunicación.
Proteger y defender
Quizá el punto más delicado de la carta llega cuando Re reproduce unas declaraciones de Zen a The New York Times en la que acusa de “asesinato de la Iglesia en China por aquellos que deberían protegerla y defenderla de los enemigos”. “Desafortunadamente, se trata de unas afirmaciones muy graves que desafían el mismo liderazgo pastoral del Santo Padre también hacia los católicos clandestinos”.
Re tumba explícitamente las críticas hechas por Zen, que llegó a que ningún acuerdo sería mejor que un mal acuerdo con China y que Benedicto XVI se negó a firmar el texto que sí respaldo Francisco. “No es cierto”, sentencia el cardenal italiano que le garantiza al arzobispo de Hong Kong haber comprobado en el archivo documental de Secretaría de Estado que el ahora Papa emérito sí “aprobó el proyecto de acuerdo sobre el nombramiento de obispos en China”.
Armonía doble
Consciente de que se trata un asunto “complejo”, Re defiende que “existe una profunda armonía de pensamiento y acción de los últimos tres pontífices” en lo que al “enfoque de la situación de la Iglesia católica en China” se refiere. El decano de los cardenales defiende que “con respeto a la verdad”, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco “han fomentado el diálogo entre las dos partes y no el enfrentamiento”. Es más, subraya cómo los tres papas siempre han buscado abordar “la delicada e importante cuestión del nombramiento de obispos”.
Es más, recuerda cómo san Juan Pablo II “favoreció el regreso a la plena comunión de los obispos consagrados ilícitamente a partir de 1958” a la vez que apoyaba a “las comunidades ‘clandestinas’”.
Tensiones y dolor
Re admite que “desafortunadamente hay una lentitud a la hora de aterrizar sobre el terreno todos los efectos que se deriva de este cambio de época tanto en el plano doctrinal como en el práctico” y se lamenta de que “las tensiones y situaciones dolorosas permanecen”.
A renglón seguido, Re lamenta estos ataques de Zen a Francisco “a pesar de que el Papa no ha fallado en escuchar repetidamente al cardenal y en leer sus numerosas cartas”. Con todo y con eso, el decano del colegio cardenalicio se pone en el lugar del purpurado asiático para admitir que las críticas lanzadas por Zen “nos ayudan a comprender cuán difícil es el camino de la Iglesia en China y cuán compleja es la misión de los pastores y del Santo Padre”. Por ello, le invita a rezar y matenerse unido al Papa para promover “el camino de la reconciliación, de la unidad y de la misión al servicio del Evangelio”.