Aunque no hay un consenso ni una única perspectiva al referirnos al término ‘generación’, podemos definirlo como el conjunto de personas que, por haber nacido en fechas próximas o recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, se comportan de manera afín o comparable en algunos sentidos (Cf. ‘El concepto de generación en las teorías sobre la juventud’, estudio de C. Leccardi, C. Feixa).
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A muchos nos sonarán las referencias a la Generación del 98, la del 27, la Generación del 68, la de la guerra, los Baby Boomers, la Generación X, los Millennials, o la denominación de la generación que consideramos más reciente, los Zentennials. En general, los grandes cambios sociales, culturales, o hechos históricos de impacto, han dado pie al surgimiento de una de estas generaciones. Y no cabe duda que la situación que estamos viviendo en estos días, con la inédita e inesperada pandemia del coronavirus, supone un impacto en la población mundial que, en mayor o menor escala, estamos compartiendo como un mismo fenómeno de consecuencias aún impredecibles.
Una situación insólita
Nos encontramos ante una situación tan insólita que ni los mayores del lugar recuerdan algo similar. Suspensión de actividades comerciales y administrativas; colegios, universidades e iglesias cerradas; cancelación de importantes eventos nacionales e internaciones, o imposibilidad de celebrar momentos tan importantes para los cristianos como la Semana Santa; y lo que puede ser más impactante para todos: una situación de cuarentena generalizada que, hasta el momento, solo habíamos podido imaginar en el cine. Se trata de un momento con unas características nunca antes vividas y que, posiblemente, marcará un hito que recordará la historia. Por la relevancia de esta situación, podríamos anunciar el nacimiento de una nueva generación –en la que muchos nos veríamos reflejados– denominada como Quarantinennials (quarantine=cuarentena).
¿Qué características definen esta generación? En primer lugar, la circunstancia de haber experimentado en primera persona un periodo temporal de aislamiento preventivo masivo (por ahora indeterminado en algunos países) por razones sanitarias. Es una experiencia que, para muchos, estará suponiendo un gran reto, acostumbrados a un ritmo de vida ajetreado y con mucha movilidad. Una experiencia, por otro lado, que no es solo física, sino psicológica y hasta existencial, pues surgen preguntas sobre la vida, la muerte, el mal…
También es en estos momentos cuando suele salir a la luz lo mejor del ser humano, el aspecto solidario, y así estamos asistiendo a un sinnúmero de iniciativas ayuda y apoyo a los demás, campañas de recogida de material sanitario y de alimentos, múltiples propuestas para seguir compartiendo momentos de ocio, de oración o de reflexión por Internet. Y este último aspecto es, quizás, uno de los más destacados, pues la situación que vivimos se da en un periodo de la historia inmerso en el contexto digital, lo cual facilita el acceso casi inmediato a la información. Gracias a ello, hemos visto el gran impacto de consignas lanzadas a nivel global, como el ya conocido #MeQuedoEnCasa, o las múltiples opciones para el teletrabajo o para continuar con los estudios en modo online, por no hablar de esa ingente cantidad de chistes, bromas e ingeniosas iniciativas de todo tipo que inundan las redes sociales en estos días y que permiten relajar un poco la tensión.
Y no podemos olvidar otros cuestionamientos de gran calado social que se siguen planteando en estos días, y que pueden estar en la mente y corazón de mucho, por ejemplo: si por el coronavirus somos capaces de arrasar supermercados, nos encerramos en casa y se cierran ciudades y hasta países, ¿qué no haríamos si cayesen bombas o no tuviésemos para comer? ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar? Son preguntas que quedan planteadas y a las que, quizás, no sabríamos dar respuesta si no lo llegamos a vivir.
Muchas cosas quedan pendientes, como qué aportará una generación como esta a la sociedad, pero todo ello, y más planteamientos que se puedan hacer, solo se vislumbrarán con el paso del tiempo. Así que, si tú también estás compartiendo esta experiencia y, de alguna manera, te sientes identificado, bienvenido a esta nueva generación de la que puede que formes parte, porque quizás tú también eres un Quarantinennial.
