“Desde el Arzobispado de Barcelona os comunicamos que si alguno de los servidores públicos que estáis trabajando contra el Covid-19 necesita atención espiritual o tiempo de escucha, no dude en ponerse en contacto con nosotros”. Así lo explica a través de una breve carta el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, que se pone al servicio como ‘telepárroco’.
Todo aquel que necesite acompañamiento espiritual o simplemente hablar, puede hacerlo enviando un e-mail a espiritualbarcelona@gmail.com o un WhatsApp al 619 131 553, donde pueden indicar el nombre, teléfono, servicio público que realiza (atención sanitaria; policía y bomberos; servicio administrativo, limpieza, asistencia social…), y la franja horaria en que pueden llamar para hablar personalmente, según se recoge en el ‘Mensaje a todos los servidores públicos y a todos los profesionales que trabajan contra el Covid-19 en la archidiócesis de Barcelona’.
Agradecimiento “de corazón”
El purpurado comienza su carta agradeciendo a los servidores públicos “por todo lo que estáis haciendo, por vuestra profesionalidad, por vuestra perseverancia, por vuestra paciencia ante el comportamiento de ciudadanos que no actúan con responsabilidad, y por vuestra generosidad para trabajar muchas más horas de las habituales. Muchas gracias por vuestro servicio abnegado y generoso”.
En segundo lugar, les traslada que reza a “por todos y cada uno de vosotros y por vuestras familias. Rogamos el Señor para que sostenga vuestro ánimo y os dé confianza y paz, para que os ilumine en vuestras decisiones y acciones, y para que os proteja en esta lucha contra el Covid-19”. Y añade: “Oramos por todos los que os habéis contagiado y por los que tenéis que vivir una cuarentena en soledad. Encomendamos especialmente a Dios a todos nuestros hermanos y hermanas que han muerto”.
Omella les recuerda que “no estáis solos en esta noble misión”. “Contáis con el respeto, la estimación y el agradecimiento de toda la sociedad y de la Iglesia”, agrega.
“Creo profundamente que en esta vida estamos de paso, que caminamos hacia una existencia eterna llena de paz, de alegría y de amor, donde viviremos en la presencia de Dios y acompañados de todos nuestros seres queridos. Como nos dijo Jesús, la puerta de entrada al cielo es el amor. Amar es lo que estáis haciendo todos vosotros. Estáis, pues, en las mejores manos, las manos de Dios”, concluye el cardenal no sin antes trasladar de nuevo su ánimo y pedir a Dios que “os bendiga, os acompañe y os conceda la paz y la fuerza necesarias. Muchas gracias de corazón”.