Iñaki Williams es el delantero referente del Athletic de Bilbao, entrando, gracias a su gran capacidad goleadora, en los planes de la Selección Española, con la que espera jugar la próxima Eurocopa (aunque ya tendrá que ser en junio de 2021, tras retrasarse ante la pandemia del coronavirus). No muchos saben que su camino está estrechamente unido al del vizcaíno Iñaki Mardones Aja, director de la Pastoral de la Salud de la Diócesis de Santander, quien compagina esta labor con su día a día en el Servicio de Atención Religiosa Católica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Hoy es laico, aunque años atrás era sacerdote y misionero claretiano, desarrollando una activa pastoral en su Bilbao.
“Entre 1992 y 1995 –explica Mardones a Vida Nueva– formé parte del grupo de voluntarios de Cáritas Diocesana de Bilbao, que tenía como finalidad acoger y acompañar a inmigrantes”. Un día de 1994, desde Cáritas le informaron de que en Melilla había un grupo de inmigrantes africanos que el Gobierno había decidido distribuir por toda la península. A Bilbao llegaría, entre un grupo de personas a las que acogerían, un matrimonio. “Como sabía inglés –detalla–, formaba parte del grupo que les acogería. Recuerdo perfectamente que llegaron a finales de abril. Fui a recibirles a la estación de tren de Abando. Eran Félix y Comfort, aunque ahora ella se llama María. Esta venía embarazada de ocho meses”.
Acompañamiento en el embarazo
“Según el informe que me habían facilitado –rememora– tenían un cinco en castellano. Les empecé hablar en este idioma, pero tenían cara de susto… En cuánto me pasé al inglés, sonrieron aliviados. Primero, vivieron unos días en una pensión y, posteriormente, se pasaron a un piso que había preparado Cáritas. En teoría, ellos venían con el aval del Gobierno, lo que suponía que les iban a facilitar las cosas, pero nada más lejos de la realidad. Por ejemplo, como no tenían tarjeta sanitaria, para hacer un seguimiento del embarazo de Comfort, hubo que echar mano de profesionales sanitarios sensibilizados con el tema”.
Así, hasta que llegó el esperado día… “Cuándo, el 15 de junio, surgieron las primeras contracciones, fuimos en un taxi al Hospital de Basurto. Allí, después de un tiempo de espera, nació Iñaki Williams. Los padres, agradecidos por la ayuda que les había prestado, quisieron poner mi nombre a su primer hijo. Junto a los regalos de la vida y de la fe, es el regalo más grande que me han hecho”.
La fiesta del bautizo
Unos meses después, Mardones y su nueva familia de adopción vivieron otro día de fiesta: “Como yo ya estaba ordenado de diácono, celebramos el bautizo de Iñaki en la parroquia del Corazón de María. Yo le bauticé y sus padrinos fueron Miguel Ángel y Amparo, otros dos voluntarios del grupo de Cáritas. Fue un día de gran alegría y felicidad para todos”.
Con todo, esos días de gozo tuvieron que compaginarse con otros de miedo, sacrificio y lucha: “Se podía pensar que, con el nacimiento de un hijo en territorio nacional, el tema legal estaba ya encarrilado. Pues nada más lejos de la realidad. Al Gobierno se le ocurrió exigir un carnet de identidad para un crío de meses. No se me olvidará la cara del fotógrafo cuando le pedí unas fotos de carnet para el pequeño Iñaki… Posteriormente, y gracias a la intervención del abogado Galparsoro, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Euskadi, se consiguió parar esta curiosa exigencia”.
Traslado a Pamplona
Después de unos meses en Bilbao, a la familia Williams se le consiguió “un trabajo en una granja de cerdos de Sesma, en Navarra, donde se dirigieron los tres. Después de un tiempo, dejarían aquel trabajo y lugar y se dirigieron a Pamplona. Allí, posteriormente, nació Nicolás, el hermano de Iñaki”.
Echando la vista atrás, Mardones destaca con emoción que, desde la fraternidad, se generó una oportunidad para una familia necesitada: “Creo que Félix, María, Iñaki y Nicolás han experimentado en su vida las dos peticiones de Jesús: ‘Venid a mí los que estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré’, y ‘he venido a traer vida, y vida en abundancia’. En definitiva, y haciendo honor al nombre de esta revista, se encontraron con una vida nueva”.
Fiel a su familia y raíces
El propio Iñaki Williams, que reveló en ‘La Resistencia’, el programa de David Broncano en Cero, que fue un sacerdote el que ayudó a su familia y por el que se llama así (aunque no dio su identidad), ha agradecido muchas veces públicamente a sus padres el esfuerzo y el sacrificio que hicieron al abandonar su país “por darme una vida mejor, para que fuera a la escuela y tuviera cosas que ellos no pudieron tener de pequeños”. Fiel a sus raíces, la estrella de La Liga trabaja ahora para fundar pronto en Ghana una ONG con la que poder ayudar a muchas familias en situaciones de dificultad.