El religioso español Adolfo Nicolás, superior general de la Compañía de Jesús entre 2008 y 2016, falleció este 20 de mayo a los 84 años en Tokio, donde llevaba varios meses hospitalizado a consecuencia de una larga enfermedad. Nacido en Palencia en 1936, Nicolás anunció en 2014 su voluntad de renunciar al liderazgo de la más numerosa e influyente de las órdenes religiosas masculinas, un cargo en el que le sucedió el venezolano Arturo Sosa. Tras un tiempo en Madrid junto a su familia, volvió a Japón, país en el que junto a Filipinas desarrolló la mayor parte de su vida como jesuita.
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“Doy mi sincero pésame a la provincia jesuita de Japón, a la familia del P. Nicolás, a los jesuitas en España y a sus muchos amigos en todo el mundo”, comentó Sosa en una nota, en la que celebró la “vida marcada por un servicio intenso” del religioso español, además de su “disponibilidad serena y gran capacidad de inculturación en Japón”. El presente líder de la Compañía de Jesús consideró que su antecesor demostró “sentido del humor, coraje, humildad”, así como una estrecha relación con el papa Francisco. “Todos los que estamos en la Curia General jesuita sentimos su muerte”.
Aunque la responsabilidad de superior general de los jesuitas se consideraba en principio como vitalicia, Nicolás no fue el primero en renunciar. Hizo lo mismo su antecesor, el holandés Peter-Hans Kolvenbach, quien cesó en 2008 después de conseguir el consentimiento del entonces obispo de Roma, Benedicto XVI. Kolvenbach falleció en 2016.
Presidente de la USG
Francisco respaldó la decisión de apartarse del cargo del religioso español, que fue además presidente de la Unión de Superiores Generales (USG), el organismo donde confluyen los líderes de las congregaciones religiosas masculinas. En una entrevista con Vida Nueva publicada en mayo de 2013, poco después de la elección de Jorge Mario Bergoglio como pontífice, Nicolás explicó cómo era la relación de la Compañía con el primer Papa jesuita de la historia.
“No sería bueno ni adecuado que los jesuitas aprovecharan esta ocasión. Siempre digo que no ha cambiado nada: nosotros seguimos sirviendo a la Iglesia y nuestra relación con el Papa es de obediencia. No hay que decir: ‘Yo ahora tengo mano con el Papa’. No. Yo quiero seguir respetándole, como he respetado al anterior”, comentó entonces el religioso español, que pudo verse con Bergoglio en la visita que este hizo a Japón el pasado mes de noviembre. En las imágenes que distribuyó entonces el Vaticano de aquel encuentro ya se veía a Nicolás con aspecto enfermo y avejentado.
Con estilo propio
Nacido en Palencia (España) el 29 de abril de 1936, se unió a la Compañía de Jesús el 14 de septiembre de 1953 y fue enviado a la Provincia de Japón, donde completó su formación. Ordenado sacerdote el 17 de marzo de 1967, sirvió en diferentes campos del apostolado de esta congregación. Fue profesor de teología, rector de los escolares y provincial, dedicándose luego al trabajo social con emigrantes en Tokio. Durante diez años vivió en Filipinas, ejerciendo como director del Instituto de Pastoral de Extremo Oriente y como Presidente de la Conferencia de Provinciales de Asia Oriental y Oceanía.
Elegido Prepósito General de la Compañía de Jesús el 19 de enero de 2008, “hizo innumerables aportes a la marcha de su cuerpo apostólico, la Vida Consagrada y la Iglesia”, destacó Sosa en una carta, en la que celebró su “estilo propio, lleno siempre de calidez, bondad y alegría”.