“Nadie se salva solo, juntos multiplicamos la solidaridad” es el llamado que hace Caritas Chile, adoptando la frase del papa Francisco, en el mensaje Urbi et Orbi de marzo pasado, cuando agradeció a todos quienes están dando lo mejor de sí para ayudar a otros frente a la epidemia.
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Esta vez Cáritas Chile llama a hacer aportes en dinero a través de la plataforma de donaciones www.iglesia.cl/nadieestasolo que se ha dispuesto a partir de este lunes 11 de mayo. Además, disponen de una cuenta corriente para hacer depósitos directos. Lo recaudado se utilizará, de forma inmediata, para abastecer de alimentos no perecibles, artículos de higiene personal y del hogar a quienes están sufriendo las graves consecuencias del coronavirus, en todas las diócesis del país.
Tras la atención a la emergencia inmediata, la campaña buscará en los meses siguientes apoyar emprendimientos y proyectos que proporcionen sustento a familias vulnerables que se han visto afectadas por la pandemia.
Viven solos y con recursos escasos
Lorenzo Figueroa, Director de Cáritas Chile, señaló que, a través del contacto con los equipos diocesanos, “hemos constatado la difícil realidad que están viviendo adultos mayores que viven solos y con recursos muy escasos. Existen muchas familias que han perdido sus fuentes laborales, agravando su situación de pobreza, algo que ha golpeado también con fuerza a la población migrante”.
También han conocido las iniciativas que realizan los equipos de pastoral social de las diócesis y que requieren ayuda. “Para mantener estas acciones, afirmó Figueroa, necesitamos el apoyo de todos quienes estén en condiciones de aportar, para multiplicar la solidaridad y llegar con ayuda a todos aquellos rincones donde la Iglesia está presente con su acción de servicio”.
A fin de cumplir las instrucciones de la autoridad sanitaria se dispuso una plataforma online en la que se puede realizar las donaciones, evitando los contactos directos.
Solidaridad que nos comprometa
En su reciente asamblea plenaria, los obispos y administradores apostólicos de Chile realizaron un llamado a “vivir una solidaridad que nos comprometa y que exprese fuertemente nuestro deber de fraternidad, que brota del Evangelio“. Anunciaron además que -junto con poner a disposición de la autoridad recintos e instalaciones que se necesiten- la pastoral social, a nivel nacional y en cada diócesis, están trabajando en proyectos que nos permitan una efectiva asistencia a los más afectados por esta situación. “Queremos que nadie se sienta solo en este tiempo, que a nadie le falte una voz esperanzadora”, expresaron los obispos en su declaración al término de la asamblea plenaria.
De acuerdo a esa disposición de los obispos, se han ido ocupando recintos de la iglesia para enfermos, adultos mayores y personas en situación de calle.
Es el caso de la Residencia Sanitaria que se habilitó ocupando 24 habitaciones de la Casa de Ejercicios Mercedaria en Rapel, donde se está acogiendo a quienes deben cumplir con la cuarentena de aislamiento y no disponen de un lugar adecuado. También Caritas Rancagua operará un albergue en la casa de retiros de Los Lirios, con capacidad para 20 personas en situación de calle, en acuerdo con el Gobierno Regional.
El secretario ejecutivo de Cáritas Rancagua, César Morales, explicó que “este albergue atiende a 20 personas durante 120 días, a contar del 1º de mayo y hasta fines de agosto, las 24 horas del día, ofreciendo no sólo el alojamiento, sino también la alimentación y todas las atenciones necesarias para enfrentar este momento de crisis”.
Los rostros sufrientes
En muchas diócesis se repiten iniciativas como estas, colaborando tanto a paliar las necesidades de las familias vulnerables, como a dar acogida a quienes requieren aislamiento y atención de salud.
El portavoz de la Conferencia Episcopal, diácono Jaime Coiro, manifestó que “la campaña solidaria que se lanza también busca visibilizar las acciones solidarias en ejecución desde hace varias semanas en las diversas zonas del país, a través de los equipos de Pastoral Social Caritas. Es precisamente en las parroquias y comunidades donde se conocen con más propiedad los rostros sufrientes, la magnitud de las consecuencias de la pandemia y la determinación de cuáles son, en cada lugar y momento, las necesidades más apremiantes”, dijo Coiro.
