Con las puertas cerradas de la Capilla del Sagrario –en el centro de Bogotá– y observando las medidas de cuidado dispuestas por la arquidiócesis desde el inicio de la cuarentena, la celebración eucarística de este domingo 24 de mayo, presidida por el obispo auxiliar de Bogotá, Luis Manuel Alí Herrera, y transmitida por RCN televisión, se centró en la Solemnidad de la Ascención del Señor desde una perspectiva de esperanza.
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Con los pies en la tierra
Ante la “nostalgia y añoranza por la eternidad” que se revela en la Palabra de Dios, Alí Herrera subrayó en su homilía que “esto no significa que como creyentes huyamos de la realidad”, porque “nuestra fe en Nuestro Señor Jesucristo no nos encierra en una cápsula de cristal, muy por el contrario, nos compromete cada vez más con la realidad, con los pies sobre la tierra”.
En este sentido, el obispo auxiliar de Bogotá destacó que “contemplar a Cristo que se eleva al cielo es todo un proyecto de vida que nos invita a ponernos en camino, en lugar de ‘llorar sobre la leche derramada’, nos invita a reconocer que estamos llamados a construir este mundo de justicia y paz“.
Hacia una ‘nueva’ cotidianidad
De cara a la emergencia actual, por la pandemia del Covid-19, en la que “hemos escuchado estos días hasta la saciedad que nada será igual en la nueva cotidianidad”, el prelado ha hecho un llamado al compromiso y a la esperanza: “de nosotros depende que [esta nueva cotidianidad] no sea peor de lo que hemos dejado atrás. Por eso, los retos que tenemos los asumimos con creatividad y coraje, reconociendo que el futuro tiene que ser cada vez más equitativo y sostenible”.
La esperanza a la que estamos llamados “nos conecta con los problemas que estamos viviendo”, agregó el obispo, alertando que no son pocas las circunstancias que “nos quieren sepultar la fe en Cristo Jesús“.
Las otras pandemias
Expresamente, Luis Manuel Alí, llamó la atención sobre “la pandemia del hambre, del odio y de la corrupción, el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar y la indiferencia ante la crisis climática”, que los cristianos estamos llamados a combatir con la fuerza de la esperanza.
Con todo, al finalizar su homilía –que no superó los seis minutos–, el obispo auxiliar de Bogotá reiteró que esta Solemnidad nos ofrece una “letanía que derrumba todo aquello que invita a la desesperanza y a la angustia”, y es la promesa que hace el Señor al final del Evangelio de Mateo: “yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo“.
“Los invito para que en nuestros hogares, que son iglesias domésticas, compartamos con nuestros amigos y familiares, y también en las redes sociales, por medio de un mensaje de texto, esta promesa que nos hace el Señor”, concluyó Alí.