La encíclica ‘Laudato si” “podrá producir frutos de conversión únicamente si los testigos continúan el camino abierto por ella”. Así de contundente se ha mostrado el secretario del Dicasterio para el Servicio Integral de Desarrollo Humano, Bruno Marie Duffé, en la presentación hoy en el Vaticano de ‘En camino para el cuidado de la casa común. A cinco años de la Laudato si’’, un documento sobre la pedagogía verde del papa Francisco, que es una catequesis para la conversión a la ecología integral.
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¿Quiénes son estos testigos? “Son los protagonistas de la vida económica y política, son las comunidades locales, con su memoria y sus esperanzas, son las Iglesias, son los jóvenes al igual que los ancianos”, ha respondido Duffé, al mismo tiempo que ha incidido en que “necesitamos explicar la manera práctica de implementar ‘Laudato si’'”, que para él es “un camino para los protagonistas del futuro”, en el que “es importante” acompañarles.
Duffé ha hecho hincapié durante su exposición en la necesidad de “reconsiderar los lugares de nuestra actividad humana, la relación con los elementos (el agua, la tierra y los océanos), la biodiversidad, el trabajo, la economía, las finanzas, la vida de las comunidades locales y el planeta, es decir lo local y lo global. Se trata de atreverse a una nueva armonía con la tierra, con los demás y con uno mismo”. Para realizar este camino propuso cinco claves:
- “Observar y dejarse conmover por una tierra que sufre en silencio y cuyo sufrimiento está directamente relacionado con la actividad humana, así como con el cambio climático que provoca esta actividad”.
- “Entrar en contacto con una comunidad humana herida por las crecientes desigualdades y una conflictividad cada vez más fuerte”.
- “Contemplar la belleza y la promesa de lo que se nos ha encomendado en la Creación del Padre y en el amor de Cristo”.
- “Actuar y decidir en favor de otro desarrollo que no agote todas las formas de vida”.
- “Educar mediante el diálogo y las prácticas cotidianas de la sobriedad”.
Apuesta por reducir el calentamiento global
Por su parte, el secretario de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, el arzobispo Paul Richard Gallagher, ha recalcado el objetivo del texto, elaborado por la Mesa Interdicasterial de la Santa Sede sobre Ecología Integral, que no pretende duplicar ‘Laudato si”, sino “relanzar la riqueza de los contenidos, ofrecer una orientación sobre su lectura y fomentar la colaboración entre la Curia romana y las instituciones católicas involucradas en su difusión”.
Gallagher ha anunciado la adhesión de la Santa Sede a la Enmienda de Kigali del Protocolo de Montreal para reducir de forma drástica los gases de efecto invernadero y el calentamiento global. Una adhesión que el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ya había trasladado a la ONU en noviembre.
El Estado Vaticano, un ejemplo
Por otro lado, el secretario general del Governatorato del Vaticano, Fernando Vérgez Alzaga, ha explicado las acciones que se han implementado en el Estado. “Hemos tratado de sensibilizar a nuestros empleados y a aquellos que giran en torno al Governatorato, directa o indirectamente, hacia una ecología integral que tome la forma de pequeñas acciones cotidianas”, ha dicho.
Y ha detallado: “Comenzando con el reciclaje de residuos, el respeto por la vegetación, el ahorro en el consumo de agua y energía, en la elección de fuentes renovables, en evitar los gases de efecto invernadero, en favorecer una contaminación del aire cada vez menor, en favorecer los métodos de transporte eléctrico y en la elección de pesticidas y fertilizantes ecológicos que respetan la tierra y sus frutos”.
Asimismo, ha indicado algunos otros ejemplos, como la aplicación de la nueva iluminación de la bóveda de la Capilla Sixtina, que ha hecho posible reducir los costes de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente un 60%, lo que también favoreció una notable desaceleración en el envejecimiento de los frescos. Así, la nueva iluminación de la plaza de San Pedro y la columnata de Bernini ofrece ahorros de energía de hasta el 80%. En la Basílica, se han eliminado los viejos equipos eléctricos y han renovado tecnológicamente los dispositivos de red utilizando sistemas operativos de nueva generación, con un menor impacto medioambiental.
En los Jardines del Vaticano se han eliminado completamente el uso de pesticidas de origen químico en solo tres años, dejando espacio para la biodiversidad y el uso de productos de origen natural para el control de poblaciones infestadas y fertilizantes orgánicos. Por su parte, en Castel Gandolfo, tanto en los cultivos como en la cría, que se lleva a cabo en la granja local, se aplican sistemas y técnicas que respetan la tierra y garantizan productos de excelente calidad. Del mismo modo, se ha instalado una red de carga para vehículos eléctricos e híbridos. Comenzaron en 2018 y hoy hay 10 dispositivos dentro del Estado que ofrecen 20 puntos de carga.
El Vaticano ha reemplazado también los sistemas de aire acondicionado que utilizan gases derivados de los clorofluorocarbonos, que causan el efecto invernadero, con equipos que cumplen con los estándares internacionales más exigentes.
Dar voz al grito de los pobres
En su intervención, el secretario de la Congregación para la Educación Católica, Angelo Vincenzo Zani, ha hecho hincapié en la importancia de educar en la necesaria ecología integral y ha mostrado su agradecimiento a universidades, congregaciones religiosas dedicadas a la educación y organizaciones como Scholas Occurrentes.
El secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, ha aprovechado su turno de palabra para “dar voz al grito de las comunidades locales con las que Caritas trabaja todos los días en todos los países del mundo. Comunidades que son las primeras víctimas del fracaso en cuidar nuestra Casa común y que hoy nos piden acciones específicas e inmediatas, especialmente en relación con la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la preservación de los ecosistemas”.
Por último, el director del Movimiento Católico Mundial por el Clima, Tomás Insua, ha recalcado el papel activo de laicos y jóvenes para ayudar a la Iglesia a vivir el mensaje de ‘Laudato si”. Al mismo tiempo, ha agradecido este nuevo documento que recopila algunos de los frutos de estos primeros cinco años y ha vaticinado que “los siguientes cinco años serán aún más impresionantes”.