Miles de niños no nacidos a causa del aborto tienen un memorial en la Gruta de Raquel, ubicada en el monasterio de Frauenberg, al sur de Alemania.
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Este memorial es una iniciativa de la agrupación de música sacra Harpa Dei, creada en el año 2011 por cuatro jóvenes alemanes, quienes iniciaron un coro en el marco de una campaña de oración contra la violencia en Ecuador.
A partir de entonces, Nikolai, Lucía, Mirjana y Marie-Elisée Gerstner han recorrido una gran cantidad de países pidiendo a Dios el don de la paz con su música sacra que –dicen– tiene la calidad de una oración más profunda.
La Gruta de Raquel
En el memorial de la Gruta de Raquel los nombres de las víctimas son puestos en pequeños bloques de mármol. Para ello, Harpa Dei motiva, a través de sus redes sociales, a que las personas que hayan abortado o hayan sabido de alguna situación de aborto, le pongan un nombre a ese ser humano que no llegó al mundo.
Lucía Gerstner, integrante de la agrupación, aseguró que tan sólo en el 2019 fueron abortados 42 millones de seres humanos: “son los niños no nacidos, abortados en el vientre de sus madres, privados del derecho a vivir, privados de un nombre, de un entierro y de una lápida. Estas víctimas no han de permanecer en el anonimato, fueron creados en gloria, para cumplir una misión específica y única sobre la tierra”.
Recordó que San Juan Pablo II luchó contra la llamada “cultura de la muerte”, y para promover la cultura de la vida y del amor, dejó escrito un “fuerte y alentador” mensaje a las mujeres que han recurrido al aborto.
“La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en su decisión, y no duda de que, en muchos casos, se ha tratado de una decisión dolorosa, e incluso dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en su interior… No se dejen vencer por el desánimo y no abandonen la esperanza”, escribió el pontífice.
Un lugar con honor al lado del Señor
El hermano Elías, de la comunidad Agnus Dei, explica que desde hace 35 años llevan a cabo en el monasterio de Frauenberg la adoración perpetua, iniciada, entre otros objetivos, para pedir perdón al Señor por el tema del aborto.
La Gruta Raquel se encuentra justo a un lado de la cripta de adoración, un lugar de conmemoración para dar una especie de sepultura espiritual, colocando los nombres de los niños no nacidos sobre pequeñas lápidas blancas.
“Con esto –detalla el hermano Elías– queremos agradecer a Dios, que ama particularmente lo débil; segundo, queremos dignificar al niño inocente privado de vivir; tercero, ayudar a la madre y al padre en su proceso de reconciliación como su hijo; y cuarto, mostrarle al mundo que un niño es una persona humana desde el principio”.
Una obra de misericordia
Marie-Elisée Gerstner, también de la agrupación Harpa Dei, afirmó: “sabemos que muchos se ven confrontados con la realidad del aborto… y queremos invitarles a que realicen esta obra de misericordia; si tú has estado involucrado o involucrada, o si sabes de un niño que ha sido privado del derecho de vivir, dale un nombre y háznoslo llegar, y tendrá su lugar y honor para siempre en esta gruta junto al Señor”.
Para acompañar la iniciativa, la agrupación alemana ha difundido este canto responsorial escrito por Santa Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia.
“Nuestro Rey está dispuesto a aceptar la sangre de los Inocentes,
por lo que los ángeles se regocijan y le cantan sus alabanzas.
Las nubes, en cambio, lloran por su sangre.
Por su maldad, el tirano fue sofocado en su pesado sueño de muerte.
Las nubes, en cambio, lloran por su sangre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Las nubes, en cambio, lloran por su sangre”.
Los nombres de los bebés no nacidos pueden ser enviados a la cuenta de correo electrónico: grutaderaquel@gmail.com o al número telefónico +972-58-397-5335.
Para donar por esa causa, a la cuenta africa-congo@jemael.net.