Un exoficial de Inteligencia de El Salvador asegura que el encubrimiento del asesinato de Ellacuría “comenzó el mismo día”

marcha en El Salvador en memoria de Ignacio Ellacuría y jesuitas asesinados 1989 mártires de la

El exoficial de la Inteligencia salvadoreña Luis Parada, ha detallado que el “encubrimiento institucional al más alto nivel” de los asesinatos de Ignacio Ellacuría y cuatro jesuitas españoles más en 1989, comenzó horas después, al escuchar por una radio interna que les mataron por resistirse al arresto mientras la radio oficial culpaba al FMLN.



Así ha testificado el militar, que trabajaba en la Dirección Nacional de Inteligencia, en el juicio contra el juicio contra el excoronel y exviceministro de Seguridad Pública, Inocente Montano. “Desde el primer día hubo intento de encubrimiento de los asesinatos a un nivel que tuvo que haberse ordenado por el alto mando”, dijo Parada al tribunal, tal como recoge EFE, ayer, 10 de julio.

Del mismo modo, Parada aseguró en su declaración que si bien sabía que el Ejército iba a iniciar una contraofensiva con armas de más potencia, lo que implicaba bajas civiles, no era consciente de que implicase a los jesuitas. La mañana del 16 de noviembre, con los cuerpos aun tendidos en la Universidad Centroamericana, Parada fue convocado a una reunión de oficiales en la que el jefe de operaciones Carlos Herrera Carranza sujetando una radio MX (el sistema interno de Inteligencia), le dijo al director: “A Ellacuría le mataron por resistirse al arresto”. 

“Solo podrían hacerlo los militares”

“Inmediatamente supe que habían sido las Fuerzas Armadas”, continuó Parada, “porque al decir arresto quiere decir que era un autoridad y eso solo podían hacerlo los militares”. Además, relató que la radio oficial del Estado responsabilizaba de la masacre al FMLN. “No podía creer que ya había un plan de encubrimiento, que iban a tratar de encubrir la historia, no habían aprendido de las lecciones del pasado”, ha señalado en alusión a la masacre de San Sebastián de 1988, cuando el Ejército ejecutó a diez campesinos pero imputó los hechos a los guerrilleros.

Meses después, el jefe del Estado Mayor René Ponce, considerado entonces el líder de facto del país, reconocía a un superior de Inteligencia que el mismo día de la masacre supo que había sido el Ejército, lo que para Parada muestra la “magnitud del encubrimiento”.

El crimen del batallón Atlacatl

El 16 de noviembre de 1989, un pelotón del batallón Atlacatl del ejército salvadoreño entró en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, la UCA, y asesinó a 6 jesuitas, a una trabajadora de la comunidad y su hija menor de edad.

Entre las víctimas estaba el rector de la universidad, Ignacio Ellacuría, Segundo Montes –director del Instituto de Derechos Humanos–, Ignacio Martín-Baró –vicerrector académico–, Amando López –profesor de Filosofía–, Juan Ramón Moreno –el bibliotecario–, todos ellos españoles. También el jesuita salvadoreño, fundador de la universidad, Joaquín López, y la cocinera Elba Ramos y su hija de 16 años Celina Ramos. 

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