La negociación ha sido intensa pero los los dirigentes europeos han alcanzado un acuerdo y aprobado el Fondo de Recuperación para superar la crisis causada por la pandemia del coronavirus. Finalmente, este fondo tiene una dotación de 750.000 millones de euros, de los cuales 390.000 millones en subvenciones y 360.000 millones en préstamos a 7 años.
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Para el secretario general de la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea (COMECE), Manuel Barrios Prieto, el acuerdo es un “paso que garantiza un futuro mejor para todos”. “Con este acuerdo del Consejo, el futuro de todos es Europa e Italia y España tienen un futuro”, ha escrito en una felicitación que ha hecho llegar a los Jefes de Estado y de Gobierno que han participado en las negociaciones. “El proyecto de unificación europea iniciado hace 70 años continúa para el bien de todos”, ha escrito, a la vez que ha destacado en primera persona a Angela Merkel y Emmanuel Macron.
La Europa de la solidaridad
El cardenal Jean Claude Hollerich, presidente de COMECE, también ha valorado positivamente el acuerdo. “Podemos decir que Europa ha elegido la solidaridad, aunque se han hecho muchos esfuerzos para conseguirla”, ha señalado en declaraciones a Vatican News. Para el prelado, “La Unión Europea debe expresar, está en su naturaleza, la solidaridad. Esto es parte del ADN de la Unión Europea” y de esta manera puede seguir buscando su nuevo lugar en un mundo en cambio. “Seguiremos cargando con las consecuencias de esta pandemia, pero espero, sobre todo para los jóvenes, que esto les permita tener su vida, en paz y siempre conscientes de que debemos ayudar a los demás”, desea.
Para Hollerich, desde la Iglesia, “siempre debemos estar del lado de los más pobres. Debemos expresar nuestra solidaridad, también debemos dar recursos a las personas que los necesitan. En este sentido, estoy muy contento de que exista esta ayuda para los países más afectados por la pandemia, es decir, Italia, España y Francia. Me siento profundamente europeo y no puedo imaginar una Europa que no sea solidaria”. Una actitud la de ayudar a los demás que, según el cardenal “será una bendición para la propia economía”.
Entre los más necesitados están los migrantes. Para el presidente de los obispos europeros, los cristianos “estamos llamados a compartir lo que es necesario para ayudar a otras personas”. En este sentido relató una anécdota: “Ayer en mi casa, recibí a una familia iraquí. En esta época de pandemia hicieron mascarillas para muchas otras personas. Es una idea muy hermosa y se puede ver que Europa también recibe mucho si está abierta a dar algo”. La reconstrucción está en marcha desde todas las instancias.
