El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha levantado su voz para rechazar y lamentar “el acto demencial” ocurrido en la capilla de ‘La Sangre de Cristo’, en la Catedral Metropolitana de Managua, el pasado 31 de julio, que ha calcinado la imagen de 383 años de antigüedad.
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La agresión contra la capilla y la imagen, “símbolo de Nicaragua y refugio de los peregrinos que la han visitado, lesiona profundamente al pueblo nicaragüense por el cruel atentado contra este patrimonio religioso e histórico nacional“, ha manifestado el episcopado latinoamericano.
Solidaridad con la Iglesia nicaragüense
Así lo ha hecho saber la presidencia del CELAM, a través de una carta dirigida al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y segundo vicepresidente del organismo latinoamericano, en la que le expresan su solidaridad con él, con la comunidad arquidiocesana y con la Iglesia nicaragüense.
“Condenamos este y cualquier acto de sacrilegio o profanación que atente contra la vida espiritual de los fieles y el trabajo evangelizador de la Iglesia, especialmente en estos momentos de pandemia que nos toca vivir”, se lee en la misiva del CELAM.
No a la violencia
Los obispos latinoamericanos esperan que las autoridades “esclarezcan lo más pronto posible este hecho de violencia“, inaceptable desde todo punto de vista, “venga de donde venga”, al tiempo que animan a “seguir haciendo esfuerzos por vivir en paz, armonía y trabajar por el progreso de nuestros pueblos”.
Asimismo, el CELAM ha reiterado su apoyo a la Iglesia de Nicaragua “que de manera indesmayable acompaña a su pueblo” ante los problemas económicos y sociales que afectan a sus habitantes, a lo que se suman los rigores por la pandemia del Covid-19, “adversidades a las que resisten arraigados en su fe y sus convicciones religiosas“, con fortaleza y esperanza, y con un “ejemplar despliegue de generosidad y fraternidad”.
