Tribuna

Antes de mirar al cielo, hagamos lo que nos toca

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Hay quienes se desesperan, como hay quienes miran al cielo para después desesperarse. Hay quienes maldicen la suerte y quienes buscan culpables para poder cantarse inocentes de lo que les pasa. Pero también hay algunos, que deberían ser más, que sencillamente se ponen a hacer lo que les corresponde y hasta más de lo que les toca, para salvarse junto a los demás.



Ante la pandemia tan prolongada que estamos pasando, es justo que le demos las gracias a los esforzados que están dando la milla extra por todos nosotros. Algunos son médicos, otros paramédicos y de la noble profesión de la enfermería. Hay también trabajadores sociales y líderes comunales. La lista es larga, pero no tenemos en nuestras calles los que ya a estas alturas deberíamos tener. Todavía son muy pocos y la pandemia sigue con paso letal.

Ya pasamos de 18.000 casos de contagiados (entre confirmados y probables) en Puerto Rico desde que comenzó en marzo. Uno esperaría que la mayoría de los que han sido afectados ya se hubieran curado. Sin embargo, no es así. Mientras a nivel mundial, el promedio de los contagiados que siguen enfermos es de alrededor del 34 por ciento y en Estados Unidos esa prevalencia es de menos del 50 por ciento, en Puerto Rico tenemos por lo menos 86 por ciento de los que llaman “casos activos”. Es decir, que en nuestro Borinken querido, contagiarse con el Covid-19 es algo mucho más difícil de curar que en otros países del mundo. Por lo menos, hasta el momento.

¿Qué no hacemos o hacemos mal?

¿Qué es lo que hacen en otros países que aquí no hacemos o que hacemos mal? No sé la respuesta, pero insisto en que tenemos que hacernos la pregunta y buscar la respuesta. Si tenemos que aprender de Cuba, Estados Unidos, España, Rusia o China, aprendamos de ellos. Si ya tenemos el conocimiento aquí… ¿Qué pasa que no resulta? Si es cosa de enviar una brigada médica a Cuba para adiestrarse y que pueda regresar a compartir el informe con líderes comunales y grupos sociales… ¿por qué no hacerlo? Si de lo que se trata es de que no tenemos los medicamentos antivirales para atender rápido a los contagiados, pues vamos a mandar a comprarlos donde los hay.

Decir que el Gobierno le está fallando a Puerto Rico es decir una gran verdad. Decir que Estados Unidos nos ha fallado también es cierto, pues por supuesto. Pero si los nuestros tienen hambre, no es cuestión de esperar que Dios los ayude. Nos toca a nosotros mismos “darles de comer”. Parafraseando a San Pablo VI al decir sobre la Iglesia, pregunto a nuestro pueblo: ¿Puerto Rico que dices de ti mismo; mi patria, qué haces por ti misma?

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Sabemos que por el aeropuerto entran todos los días miles de viajeros sin las pruebas hechas y que eso es una fuente monstruosa de contagios. ¿Qué podemos hacer? Recientemente la Policía reprimió una caravana que protestaba para alertar sobre esa situación y la policía agredió de tal forma a su líder, Ricardo Santos Ortiz, que tuvieron que llevarlo primero con al hospital antes de ir al cuartel.

Insisto en que antes de mirar al cielo, tenemos unas cuantas cosas que hacer en esta tierra, por nuestra querida gente.

Seamos como Jesús: tengamos compasión con nuestro pueblo que grita sus necesidades.