Entre el 75 y el 85% de las persecuciones religiosas que tienen lugar en el mundo afectan a los cristianos, y cada año, 170.000 personas pierden la vida por motivo de su fe. Las escalofriantes cifras las acaba de recordar el Secretariado de la COMECE (entidad que agrupa a los obispos de la comunidad europea), para agradecer al Parlamento Europeo una resolución condenando los recientes atentados contra los cristianos de Egipto y Malasia, “graves ataques a los derechos del hombre”. En un comunicado del 26 de enero, la COMECE solicita a la nueva Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, la británica Catherine Asthon, que priorice la protección de la libertad religiosa a través del Servicio Europeo de Acción Exterior, un organismo que está a punto de ponerse en marcha.
En el nº 2.694 de Vida Nueva.
