Mientras un joven fanático degollaba en París al profesor Samuel Paty en nombre de un dios, en el mismo país se celebraba el Fórum 2020 de las Religiones, en torno a una pregunta: ¿Las religiones todavía tienen cosas que decir? La realidad desbordó al Fórum. La historia enseña que las comunidades que no crean un proyecto común acaban excluyéndose y dividiéndose.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
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Europa ha optado por la integración social, pero es imprescindible la ‘CoCreación’ cultural. Laicismo y multiculturalismo han fracasado y el interculturalismo es insuficiente. Necesitamos crear en común.
Laicismo excluyente
El laicismo excluyente expulsa a las religiones del espacio público, busca su extinción. La dimensión espiritual es desaprovechada como energía constructiva y se degrada la democracia cooperativa. El multiculturalismo no integra comunidades, institucionaliza mundos paralelos. La interculturalidad es imprescindible: pone en diálogo distintas cosmovisiones, pero no es suficiente.
Si un joven no incultura su credo en la cultura europea, alimenta una exclusión de efectos preocupantes. En el lugar del que viene no está, y en donde está no puede ser. Debe sentir que la cultura en la que vive es también obra suya. La ‘CoCulturalidad’ consiste en recrear juntos la cultura desde la singularidad de las distintas tradiciones vivas. Las raíces europeas son fruto de la ‘CoCulturalidad’ con las religiones del Próximo Oriente.
Solo una laicidad incluyente proporciona un reconocimiento y participación para que entre las religiones y culturas haya ‘CoCreación’. Necesita inculturación: adaptar las cosmovisiones singulares a los valores, creencias y modos de la cultura de acogida. Y necesita creación común: que la cultura de acogida y la afluente mantengan su singularidad, aportando lo mejor de sí a la Casa común.