Una reflexión en el cierre del Año de Darwin
<(Alfonso Novo– Sacerdote y profesor de Teología) ¿Puede un cristiano creer en la evolución?, ¿puede alguien suficientemente informado sobre este hecho seguir creyendo en el cristianismo?, ¿es compatible el azar evolutivo con la fe cristiana en el Dios creador?, ¿cómo compaginar la teoría de la selección natural con la idea tan asentada en el cristianismo de que el hombre ha sido querido específicamente por Dios?… Hace unos días, concluía el Año de Darwin, organizado desde febrero de 2009 para conmemorar el bicentenario del nacimiento del naturalista británico y el 150º aniversario de su obra cumbre, El origen de las especies. Coincidiendo con su reciente clausura, el autor de estas páginas trata de dar respuesta a ésas y otras preguntas, porque la explicación darwinista del origen de las especies sigue planteando hoy retos muy sustanciosos al pensamiento religioso, y, sobre todo, cristiano.
Pliego íntegro, en el nº 2.696 de Vida Nueva (del 20 al 26 de febrero de 2010).