Cuando un par de experiencias se asemejan, corremos el riesgo de identificarlas, o peor aún, confundirlas, sin llegar a reconocer su tinte particular. En estos meses, en algunas oportunidades, escuché gente …
"Hemos pasado los nueve meses, y vamos para los diez, más tiempo de lo previsto y soportable. No podemos encontrarnos con familiares y amigos, ni celebrar la fe del modo acostumbrado (y necesario). La mezquita, la sinagoga, los templos cristianos y de otros cultos extrañan la alegría festiva de la comunidad. Nos cuesta imaginar los modos de celebrar la próxima Navidad".