¿Acólita? ¿Lectora? Enésima reforma del papa Francisco. Por ellas. El Pontífice modifica el Código de Derecho Canónico para dar más protagonismo a la mujer en la Iglesia. Ahora, las mujeres pueden ejercer los ministerios de acólito y lector, según hace constar en su carta apostólica en forma de motu proprio ‘Spiritus Domini’, publicado hoy, 11 de enero, y firmado ayer, fiesta del Bautismo del Señor. Es decir, las mujeres podrán, en situaciones extraordinarias, administrar la eucaristía.
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En concreto, Jorge Mario Bergoglio ha cambiado el párrafo 1 del artículo 230, que reservaba estos ejercicios a los varones. “Los laicos que tengan la edad y las habilidades determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho al sustento o remuneración de la Iglesia”, reza el citado párrafo ahora. Por tanto, se trata de un cambio histórico, en tanto que a partir de ahora ellas tendrán funciones en el altar.
Según palabras del propio Bergoglio en su misiva, este cambio obedece a un “desarrollo doctrinal que se ha logrado en los últimos años”. “Los ministerios laicos, basados en el sacramento del Bautismo, pueden confiarse a todos los fieles que sean idóneos, de sexo masculino o femenino”, señala el Papa recordando una vez más que todos los bautizados, hombres y mujeres, tienen la misma dignidad en la Iglesia.
Frutos del Sínodo para la Amazonía
En relación al ministerio de lector, no es tan novedoso que las mujeres lean las Escrituras durante las celebraciones; no obstante, no estaba negro sobre blanco hasta hoy.
Se trata de dos frutos del debate sinodal del pasado Sínodo para la Amazonía –octubre 2019–. Pese a que Francisco ha optado por no ordenar a mujeres ni hombres casados –diaconisas y viri probati–, opta ahora por dar más peso al laicado y, en especial, a las mujeres. Los nuevos caminos para la ministerilidad eclesial trazados en su exhortación ‘Querida Amazonía’ son ahora una realidad.
Después de haber escuchado las opiniones de los dicasterios competentes, el Papa ha optado por la modificación. Así se lo hace saber al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el español Luis F. Ladaria, en una carta, en la que se apoya en anteriores cartas apostólicas de su predecesor, Benedicto XVI, y muestra un continuismo con Pablo VI y el Concilio Vaticano II.
“La variación en las formas de ejercicio de los ministerios no ordenados no es la simple consecuencia, a nivel sociológico, del deseo de adaptarse a la sensibilidad o cultura de las épocas y lugares, sino que está determinada por la necesidad de permitir a cada Iglesia local/particular, en comunión con todos los demás y teniendo como centro de unidad a la Iglesia que está en Roma, para vivir la acción litúrgica, el servicio a los pobres y el anuncio del Evangelio en fidelidad al mandato del Señor Jesucristo”, explica en su carta. Y recuerda a los obispos: “Es tarea de los Pastores de la Iglesia reconocer los dones de cada bautizado, orientarlos también hacia ministerios específicos, promoverlos y coordinarlos, para que contribuyan al bien de las comunidades y a la misión encomendada a todos los discípulos”.