El modelo polaco de Iglesia ha sufrido un progresivo desgaste. El cambio de la relación de la sociedad y los católicos con la jerarquía polaca ha sufrido un cambio vertiginoso. Aunque hay un 90% de polacos que se declaran católicos, una encuesta del instituto CBOS –una institución cercana al Gobierno– registra el progresivo descenso de la confianza de la comunidad católica en sus obispos.
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La convergencia episcopal con el más duro conservadurismo, la respuesta eclesial a la sociedad y también los abusos sexuales han supuesto un acelerada erosión. En 2015, la confianza social en la Iglesia era del 58% y ahora está en el 41%. Otra encuesta realizada por IBRiS para el diario ‘Rzeczpospolita’, baja la confianza hasta el 39,5%. Las personas que dicen expresamente que desconfían de la Iglesia se ha elevado hasta el 47% en la encuesta de CBOS. Al menos, tres quintos de esa desconfianza es de los propios católicos.
La encuesta de IBRiS aporta más datos. Entre la población general, un 35% tiene una visión positiva de la Iglesia polaca y un 32%, negativa. El 31% declara que ni una cosa ni la otra. Sin embargo, cuando se atiende a la distribución por edad, el futuro se dibuja diferente. Tan solo un 9% de los jóvenes polacos tienen una opinión positiva de la Iglesia, frente al 47%, que es negativa, y un 44%, que no se posiciona.
Solo el 18% de los jóvenes comprometidos con su fe
La agencia pública polaca de estadística reveló el pasado marzo una encuesta sobre religiosidad en la misma dirección. Entre los jóvenes, solo el 18% está comprometido con su fe fuerte o moderadamente.
Parece que el modelo tan conservador sostenido por la Iglesia polaca está produciendo una intensa separación con la mayoría de los católicos del país, especialmente con la juventud.