Editorial

Los mayores cotizan al alza

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Francisco ha instituido la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, que se celebrará el cuarto domingo de julio, en torno a la festividad de san Joaquín y santa Ana. Es un Papa octogenario el que reivindica una vez más la memoria de los ancianos.



Pero no como un mero homenaje a las generaciones precedentes. Tal y como viene proponiendo a lo largo de su pontificado, urge establecer un diálogo intergeneracional que sepa estar a la escucha de la sabiduría que aporta la experiencia de quienes acumulan años.

Cultura del descarte

La amenaza de la cultura del descarte, de la que ha advertido en no pocas ocasiones, se ha hecho aún más evidente durante esta pandemia que se está cebando con ellos en unas residencias que, en no pocas ocasiones, se han convertido en ‘aparcamientos’ de mayores, de la misma manera que ha visibilizado la soledad de otros tantos que viven aislados en sus hogares.

Esta nueva jornada supone, por tanto, un acto encubierto de rebeldía frente a un mundo de usar y tirar, en el que solo cuentan el individuo, lo útil y la juventud. Frente a todo ello, la Iglesia se reivindica como una familia donde los años suman y cotizan al alza.

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