100 años de María Teresa González Justo, la venerable que entregó su vida a los enfermos

El 11 de febrero se cumplen 100 años del nacimiento de la religiosa española cuyas virtudes heroicas reconoció Juan Pablo II en 1992

100 años de María Teresa González Justo, la venerable que entregó su vida a los enfermos

Hoy, 11 de febrero de 2021, se cumplen 100 años del nacimiento de la venerable María Teresa González Justo, religiosa de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. Pero… ¿quién fue María Teresa González Justo?



Esta religiosa nació en Quintanar de la Orden, provincia de Toledo, el 11 de febrero de 1921. Sus padres, Martiniano González Chacón e Isabel Justo Torres, la bautizaron en la iglesia Parroquial de Quintanar con el nombre de Francisca, aunque la llamarán Paquita entre la familia y conocidos.

Paquita fue la mayor de tres hermanas, creció feliz en un ambiente de amor sereno, católico y bueno, donde aprendió de sus padres a preocuparse por los demás y a tener sensibilidad y caridad con los más necesitados de su ambiente, a los que visitaba y ayudaba siempre con lo que estaba a su alcance.

El perdón ante todo

A los 15 años quedó huérfana de padre, el cual murió mártir por la fe, víctima de la Guerra Civil Española en 1936. Durante 7 meses, Paquita, cada día, visitó en la cárcel al asesino de su padre, donde le llevaba la comida y el perdón de Dios, como un gesto de caridad y de amor misericordioso.

Cuando tenía 20 años, Paquita descubre la llamada, la vocación de entrega total a Dios y a los hermanos. Se despide de su casa para ser Hermana de la Consolación, ingresando en el Noviciado de Jesús-Tortosa el 15 de marzo de 1941. En septiembre del mismo año viste el hábito religioso y cambia de nombre, pasando a llamarse sor María Teresa.

Hace su primera profesión en 1943 y es enviada a trabajar apostólicamente en tierras valencianas unos meses en el Colegio de la Consolación en Burriana. Poco después la destinan al campo sanitario, al que se sentía llamada, a servir a los enfermos tuberculosos en el Sanatorio de Vila Real, donde permanecerá hasta 1953, momento en que el Sanatorio con todos los enfermos y trabajadores y Hermanas es trasladado a Castellón de la Plana, al Sanatorio antituberculoso, ‘La Magdalena’.

Vida religiosa

En este campo apostólico María Teresa desplegará todo su amor a Dios, que fortalece en la oración y lo entregará sin descanso a los enfermos, en un amor que se hace servicio total, para todos, procurándoles atenciones humanas, espirituales y materiales; siempre al lado del más necesitado, en una caridad que no conoce fronteras, elevando la dignidad de cada uno de ellos, tratándoles con un amor sin límites, viendo en ellos al mismo Dios y así exclamaba: “Dios mío, ¡cuánto amo a mis hermanos, es que en ellos estás Tú!”

El día 12 de octubre de 1967, festividad de la Virgen del Pilar, moría María Teresa a causa de un cáncer en el Sanatorio de la Magdalena de Castellón de la Plana. Tenía 46 años. Vivió y entregó su vida al cuidado de los enfermos tuberculosos durante 24 años, siempre con una sonrisa en los labios, olvidada de sí y no buscando otra cosa que “la gloria de Dios y el bien de los hermanos”, como su Madre Fundadora, Santa María Rosa Molas.

En septiembre de 1981 se introdujo la Causa de Beatificación y Canonización de sor María Teresa González Justo en la Diócesis de Segorbe-Castellón. El 13 de junio de 1992, el Papa San Juan Pablo II, ratificaba el Decreto de reconocimiento de las Virtudes Heroicas de la Sierva de Dios como venerable. Sus restos mortales descansan en la Capilla del Colegio de Ntra. Sra. de la Consolación de Castellón, donde pueden ser visitados. La Causa sigue abierta a la espera del milagro necesario para su beatificación.

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