El Vaticano lo ha advertido: si bien la vacunación contra el Covid-19 es voluntaria, los empleados que se nieguen a ella se enfrentarán a “consecuencias de diverso grado” que podrían llegar, incluso, hasta “la terminación de la relación laboral”, tal como ha informado ANSA.
- Únete el martes 23 de febrero al Encuentro VN con el cardenal O’Malley
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
De hecho, el Decreto sobre Emergencia de Salud Pública del 8 de febrero de 2021, firmado por el presidente de la Comisión Pontificia del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, así lo recoge en su artículo 6, en el que se establece que “el trabajador que, sin razones de salud comprobadas, se niegue a someterse a controles de salud preventivos o profilaxis que prevea la administración de una vacuna para proteger la salud de los ciudadanos, residentes, trabajadores y la comunidad de trabajo” estará sujeto a estas consecuencias.
Asimismo, se establece que, para los candidatos a un empleo en la Santa Sede, negarse a la vacuna “equivale a renunciar al establecimiento de la relación laboral”.
El Papa, inmunizado
El papa Francisco recibía el pasado 3 de febrero la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, tal como informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. De esta manera, a día de hoy el proceso de inmunización del Pontífice ya estaría completado.
Francisco ha recibido la vacuna de la farmacéutica Pfizer, que es la que se ha empleado para la campaña de vacunación del Vaticano, la cual comenzó el 13 de enero y comprende a los 800 residentes del Estado, así como los 3.000 empleados de la Santa Sede y sus familias.