El pasado mes la Agencia Tributaria publicó el breve informe que indica la cuantía debida al impuesto de sociedades que han pagado las empresas multinacionales españolas en todo el mundo. Para aquellos que no son muy avezados en los asuntos económicos les recordaré que el Impuesto de Sociedades es un tributo que se paga como un porcentaje sobre los beneficios de las empresas. En España, el tipo de este tributo es de un 25%. Esto significa que, en nuestro país, las empresas tienen que pagar una cuarta parte de sus beneficios al Estado.
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La primera cifra que sorprende al ver estas estadísticas es que las empresas multinacionales españolas tienen como media un tipo efectivo que está bastante por debajo del tipo del impuesto español: un 16,7%. Pero ahondando un poco más en las cifras, se observa que la mitad aproximada de las empresas (que suponen también la mitad de la cifra de negocio y la mitad de los beneficios generados aproximadamente) tienen tipos efectivos por debajo del 15%.
Entre ellas, casi una tercera parte del total (con un porcentaje de beneficios sobre el total similar) tiene un tipo de un 1,5%, dicho de otro modo, quienes están en este grupo prácticamente no pagan nada.
En el otro extremo, un 18% de las multinacionales españolas que generan más de una tercera parte de la cifra de negocio y de los beneficios conjuntos, tiene un tipo efectivo por encima del 25% y devengan una cuantía a pagar que supone más de dos terceras partes del total.
Estas desigualdades entre los impuestos que tienen obligación de pagar unas empresas y otras ya parece, de por sí y sin ahondar más, algo injusta. ¿Por qué unas pagan tanto y otras tan poco? ¿Porque unas tienen más fácil recurrir a paraísos fiscales y trasladar beneficios de unos lugares a otros que el resto? ¿Porque unas son responsables y las otras no? ¿Por el modelo de negocio que tienen cada una de ellas que les permite o no pagar menos?
Desigualdad extrema
Pero si esta desigualdad ya puede parecer injusta sin ir más allá del colectivo de las 112 multinacionales españolas contabilizadas en este estudio, la cuestión adquiere su verdadera dimensión si comparamos esto con las empresas españolas que no son multinacionales porque se asientan principalmente en nuestro país. Porque las pequeñas y medianas empresas que trabajan solamente en España difícilmente pueden reducir el tipo impositivo que tienen que pagar por sus beneficios por debajo de ese 25%.
Esto significa que en un mercado en el que estas dos clases de empresas compiten entre sí, muchas multinacionales tienen ventajas sobre las de tamaño más reducido debido a que tienen medios para reducir las obligaciones fiscales a las que deben hacer frente por causa de este tributo.
