El estadio de Erbil ha sido el escenario del encuentro más emotivo del Papa durante su viaje a Irak. Al concluir la eucaristía final de su peregrinación en el país, Francisco se encontró con Abdullah Kurdi, padre del pequeño Aylan, quien naufragó con su hermano y su madre en la costa turca en septiembre de 2015 mientras su familia intentaba llegar Europa.
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Así lo dio a conocer la Oficina de Prensa de la Santa Sede que, a través de un comunicado, ha explicado que el Papa “pasó mucho tiempo con él y con la ayuda del intérprete pudo escuchar el dolor de su padre por la pérdida de su familia”. Durante la conversación, Francisco pudo compartir con este hombre su sufrimiento.
Poner en riesgo
Por su parte, según la nota difundida por el Vaticano, Abdullah expresó “su agradecimiento al Papa por las palabras de cercanía a su tragedia y a la de todos aquellos migrantes que buscan la comprensión, la paz y la seguridad, dejando su país en riesgo de vida”.
Aylan falleció el 2 de septiembre de hace seis años, cuando tenía tres años. La foto de su cadáver en una playa de Turquía dio la vuelta al mundo, poniendo en el primer plano, no solo la crisis humanitaria de Siria, sino también el drama que viven los millones de migrantes y refugiados del planeta.
Precisamente la familia de Aylan vivía en Kobane, una ciudad kurda al norte del país, pero tuvieron que huir para escapar de los ataques del Estado Islámico. Marcharon a Turquía y, cuando la situación en Siria se estabilizó, regresaron a su lugar de origen. Sin embargo, un nuevo asedio de los yihadistas obligó a la familia de nuevo a un éxodo a través del mar de forma ilegal. No tuvieron más remedio que subirse a un bote hinchable que acabó con la vida de la madre y sus dos hijos.