Miguel Ángel Ayuso: “Los cristianos no queremos dictar líneas de diálogo entre los musulmanes”

El arzobispo español Miguel Ángel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo

Aunque busque echarse a un lado de la foto oficial de los méritos, lo cierto es que el trabajo de ‘pico y pala’ que viene haciendo el cardenal Miguel Ángel Ayuso es el que ha permitido adosar el apellido de ‘histórico’ al viaje a Irak. Un hito visible en medio de tantos puentes que lleva intentando levantar desde hace tiempo el ahora máximo responsable vaticano de las relaciones con las demás religiones. Un misionero comboniano que se sabe en una frontera de la que está quitando concertinas para expedir pasaportes de fraternidad sin fecha de caducidad. Lo mismo en Abu Dabi que en Nayaf.



PREGUNTA.- Ahora ya todos de vuelta en Roma, puede respirar tranquilo. Eran muchos los riesgos de este viaje, y no solo en materia de seguridad…

RESPUESTA.- Que fuera un viaje arriesgado se sabía y se veía a los ojos de todos, pero no ha sido un viaje organizado imprudentemente. Ha tenido una larga y atenta organización, que no ha dejado ningún detalle fuera. El papa Francisco, antes de salir, había dicho que no se podía decepcionar al pueblo iraquí una segunda vez. He podido constatar en persona la gran felicidad del Santo Padre por haber conseguido llevar a cabo este su 33º viaje apostólico.

Además, en la rueda de prensa durante el vuelo de regreso a Roma, comentó a los periodistas: “Dije que Aquel que me hace decidir así, se ocupe de la gente. Pero, después de la oración y después de la conciencia de los riesgos”.

El sueño de Dios

P.- Todos los analistas coinciden en señalar que este viaje es ‘histórico’, por las imágenes, los discursos, la simple presencia del Obispo de Roma… ¿Qué cree que pasará a la historia verdaderamente de esta peregrinación?

R.- Para el diálogo interreligioso, el viaje del papa Francisco a Irak representa una etapa. La visita del Pontífice al gran ayatolá, Al-Sistani, y el encuentro interreligioso en Ur de los Caldeos representan momentos fundamentales en el camino del conocimiento mutuo entre las diferentes tradiciones religiosas. Desde la tierra de Abraham, Ur de los Caldeos, Francisco, durante el encuentro interreligioso, pidió que “se respete la libertad de conciencia y la libertad religiosa, que son derechos fundamentales, porque hacen al hombre libre de contemplar el cielo para el que ha sido creado”.

Al final, ante los líderes de las otras religiones, ha expresado su deseo “para que se realice el sueño de Dios”: que la familia humana sea hospitalaria y acogedora con todos sus hijos y que, mirando el mismo cielo, camine en paz en la misma tierra. También es interesante la importancia dada por el Gobierno iraquí a este día, ya que ha anunciado que el 6 de marzo será una Jornada Nacional de Tolerancia y Coexistencia.

P.- La reunión con el gran ayatolá Al-Sistani es mucho más que un gesto simbólico de encuentro. Después de sellar un camino común en Abu Dabi con los suníes de la mano del gran imán de Al Azhar, ahora Francisco hace lo propio con los chiíes. ¿Está asumiendo el papel de puente, no solo con los musulmanes, sino entre los musulmanes?

R.- El encuentro entre el papa Francisco y el gran ayatolá Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani, además de ser una novedad absoluta en el mundo, también es importante porque estos dos líderes religiosos y espirituales tienen puntos de vista comunes. Uno de los temas destacados por el Papa de su encuentro privado en Nayaf con el gran ayatolá, líder de la comunidad chiíta del país, fue la importancia de la colaboración y de la amistad entre las comunidades religiosas para que, “cultivando el respeto mutuo y el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de toda la humanidad”.

El diálogo giró en torno a los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad en esta época y al papel de la fe en Dios. En una declaración de la oficina del gran ayatolá se hace referencia, entre otras cosas, a la historia de Irak y al interés de que los ciudadanos cristianos puedan vivir allí como todos los iraquíes, en paz y en el respeto de los derechos. El Santo Padre añadió en el vuelo de regreso a Roma: “Sentí el deber de hacer esta peregrinación de fe y de penitencia, y de ir a ver a un grande, a un sabio, a un hombre de Dios: solo escuchándolo se puede percibir esto”.

No es exacto decir que el Papa esté asumiendo el papel de puente entre los musulmanes. Nosotros cristianos no podemos y no queremos dictar las líneas del diálogo entre las diversas comunidades musulmanas. Podemos, a través del diálogo islamo-cristiano, proponer ocasiones de reflexión, de encuentro y ofrecer nuestra desinteresada y sincera colaboración.

Colaboración entre creyentes

P.- El ‘Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común’ de Abu Dabi fue la antesala de ‘Fratelli tutti’. ¿Irak se ha convertido en la primera plaza donde aplicar en lo concreto una encíclica que busca lograr una fraternidad universal?

R.- El Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado por el papa Francisco y el gran imám Ahmed al-Tayyeb en Abu Dabi el 4 de febrero de 2019, es un documento histórico para los creyentes de las distintas religiones, como también para todas las personas de buena voluntad. Es la familia humana la que es interpelada e implicada. Y, después del viaje de Francisco a Irak, ha sido un paso más en el camino del diálogo interreligioso: el de la fraternidad humana.

La perspectiva y el objetivo del diálogo es trabajar, mediante una auténtica colaboración entre creyentes, para conseguir el bien de todos, luchando contra tantas injusticias que aún afligen a este mundo y condenando todo tipo de violencia. Por eso, mirando hacia el futuro, debemos tomar conciencia de que las religiones no deben encerrarse en sí mismas, sino que, como creyentes y permaneciendo bien enraizados en nuestra propia identidad, nos dispongamos –a pesar de nuestras diferencias y junto a todas las personas de buena voluntad– a recorrer el camino de la fraternidad humana.

En el mundo hay muchas religiones, y nosotros, desde el punto de vista interreligioso, tenemos que saber activar una relación, como quiere el Papa, de respeto y de amistad a través de la cual podamos defender la igualdad como seres humanos que somos, también creyentes, con diferentes visiones, pero no renunciando a nuestra propia identidad, sino reclamando un poco la sinceridad de las intenciones.

‘Fratelli Tutti’, cuyo capítulo VIII está dedicado a “Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo”, desde una mirada clarividente y misericordiosa, nos exhorta a pisar un terreno común ligado a una antigua verdad, que puede sonar nueva en el mundo que nos rodea, a menudo atrofiado por el egoísmo: la fraternidad humana.

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