El Martes Santo es el día en que tradicionalmente se celebra la misa crismal en todo nuestro país. En ella, el obispo y los presbíteros renuevan su consagración y, por tanto, su entrega, tanto a Dios como al pueblo. De ahí, que desde la diócesis de Cartagena-Murcia, precisamente al hilo de estas promesas al servicio de los demás, se invitó ayer a los curas a materializarlo donando sangre.
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De esta manera, el Palacio Episcopal albergó un punto móvil del Centro de Hemodonación regional. El obispo auxiliar de la Diócesis de Cartagena, Sebastián Chico, fue uno de los primeros.
Gesto de caridad
“Es una forma de colaborar, con la propia vida, con aquellos que están necesitando algo tan vital; es una generosidad muy grande”, aseguró el pastor, que hizo extensible la invitación a todos los murcianos, especialmente a los cristianos, como “gesto de caridad, de donación y de cariño”. Y subrayó que “Cristo dio su sangre, su vida, por todos”. En esta misma línea, también invitó a los fieles el obispo José Manuel Lorca Planes.
En total, se calcula que hasta medio centenar de personas se acercaron al punto móvil, obteniéndose un total de 34 bolsas de sangre. Para Inma Morales, trabajadora del departamento de administración del obispado, “ahora que venían a mi propio lugar de trabajo, no tenía excusa y no podía dejar pasar la oportunidad”. Y es que Morales se estrenaba como donante: “Muchas veces me lo he planteado, pero entre los embarazos y el ajetreo del día a día nunca he podido encontrar la ocasión oportuna”.