En la ciudad de Puerto Montt se dio inicio a las actividades regionales de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR), la que tiene por objetivo promover desde una perspectiva de Estado, el goce del Derecho a la Libertad Religiosa, garantizado en la Constitución Política de la República.
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Con asistencia de autoridades civiles, militares y religiosas el programa se inició en el patio interior de la Intendencia Regional de Puerto Montt, con un acto de oración por las víctimas del Covid-19. Presidido por el Intendente Carlos Guillermo Geisse, contó con la participación del arzobispo de Puerto Montt, Fernando Ramos Pérez; el pastor David Zambrano Garay, presidente de la Mesa de Unidad Cristiana y el pastor Patricio Montes, presidente del Consejo de Pastores de Puerto Montt; además de los jefes de la Defensa Nacional y las Policías.
Promover igualdad y libertad religiosa
Dependiente del Ministerio Secretaría General de La Presidencia, la ONAR tiene como principal objetivo representar al Gobierno frente a las entidades religiosas y acoger las solicitudes que los diferentes credos presentan al Ejecutivo, garantizando así el correcto cumplimiento de la ley conocida como Ley de Culto. Entre sus objetivos estratégicos se cuentan promover la efectiva igualdad y libertad religiosa en Chile, propiciar el diálogo interreligioso y contribuir al establecimiento de condiciones que favorezcan una ética ciudadana fundada en la igualdad, la solidaridad y la equidad.
En el acto programado por la ONAR, el arzobispo Ramos tuvo a su cargo la oración por las víctimas de la pandemia de Covid-19. En su reflexión expresó que “Semana Santa es el momento para poder reflexionar sobre lo que ha afectado a nuestro país y el mundo, de la misma forma es la instancia para pedir y orar por el descanso de quienes han fallecido y la mejoría de quienes se encuentran enfermos. A través de este acto de oración, humilde y sincera, podremos prepararnos para seguir el camino de Jesús y acompañarlo en su misterio pascual”.
Esto ocurre a pocos días que la Corte Suprema autorizó la participación presencial en actos de culto, con limitación de aforo y cumpliendo las normas sanitarias. El aforo máximo es de 5 personas que asistan al celebrante en comunas en estado de cuarentena. Este fallo judicial respondió a la demanda presentada por organismos católicos debido a la prohibición que había decretado el Ministerio de Salud y las sanciones que ya se habían impuesto en algunas ciudades.
Responder al amor
Mientras, en la mayoría de las diócesis sus obispos presidieron la celebración de Jueves Santo desde la Catedral, con aforo limitado y transmisión online la que tuvo muy alta participación.
El obispo Pedro Ossandón, administrador apostólico de Valparaíso, dijo en su homilía que “Jesús nos alimenta con su cuerpo y su sangre para que unidos a él y a su pueblo santo la Iglesia, renovemos hoy en tiempos trágicos de pandemia y deudas sociales y morales, el servicio a la comunidad eclesial y a la comunidad nacional, nuestro querido Chile”.
Por su parte, Ignacio Ducasse, arzobispo de Antofagasta, dijo: “cada Jueves Santo se estremece la Iglesia, nos estremecemos cada uno de nosotros como Iglesia, ante el misterio del don y la inmensa responsabilidad de responder al amor. En las circunstancias que estamos viviendo, que no podemos celebrar presencialmente la eucaristía, pidámosle al Señor que no dejemos de amarla, de valorarla y de vivir eucarísticamente toda nuestra existencia”.
En la arquidiócesis de Concepción, su arzobispo, Fernando Chomalí, invitó a la comunidad creyente a honrar este sacrificio (de Jesús en la eucaristía) a través de la fraternidad, de la capacidad de empatizar. Exhortó: “Preocúpate por el otro: llama a un tío con el que no hablas hace tiempo, a un hijo que viva lejos, a tu vecino que no tiene quien lo socorra. Salir de uno mismo y darse. Esta es mi vida y se la entrego a los demás”.
El cardenal arzobispo de Santiago, Celestino Aós, expresó que “el Chile que queremos construir es la civilización de la verdad, la justicia, la misericordia y la solidaridad. Los chilenos no estamos llamados a vivir peleando y destruyéndonos; estamos llamados a colaborar, a dialogar, a no explotar ni abandonar a nadie”.
Las celebraciones del Triduo Santo se han programado en cada diócesis y se realizarán con esta mínima participación presencial, complementada por transmisión radial, televisiva o por medios online.