Las declaraciones
“Algunos dicen que estoy a un paso de la herejía, pero todas las decisiones las tomo en oración”. Con estas palabras se defendió el papa Francisco de las críticas preguntado por los periodistas a bordo del avión de regreso al Vaticano tras su histórica visita de tres días a Irak.
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Un viaje en el que precisamente se vieron escenas inéditas de acercamiento al Islam chií. “Muchas veces hay que arriesgar. Hay algunas críticas: que el Papa no es valiente, que es un inconsciente, que está tomando pasos contra la doctrina católica o que está a un paso de la herejía. Son riesgos, pero son decisiones que se toman en oración, en diálogo, pidiendo consejo. No son un capricho”, señalaba al valorar su reunión con el Gran Ayatolá Alí Al-Sistani.
La encíclica
Para algunos sectores críticos este viaje ha servido para seguir cuestionado la aportación que el papa Francisco ha hecho a la comunidad internacional con la encíclica ‘Fratelli tutti’. Hay quien se siente incómodo con la llamada a la fraternidad y la amistad social que el pontífice hace por escrito y mediante repetidos gestos en el Vaticano y fuera de él. Cuestionan un inmanentismo que baila al son de las modas efímeras de la batalla cultural promovida por quienes potencian un modelo de persona y de sociedad muy alejado de la propuesta cristiana.
A esto contribuye una caricatura (apabullantemente reduccionista) que presente al pontífice reinante como alguien que solo habla de vacunas, de carrera armamentística, de regiones remotas en conflicto… Caricatura, por cierto, fraguada especialmente desde las filas de la Iglesia. Se rescata así un dualismo ramplón a base de obviar, a sabiendas, que el papa Francisco –por poner solo algunos ejemplos– habla del aborto sin ningún tipo de ambigüedad, recomienda rezar en rosario a los jóvenes, multiplica los gestos de devoción a la Virgen o aplica el discernimiento evangélico en cada decisión que toma.
Volviendo a la encíclica, ¿cómo no va a ser cristiana una encíclica sobre la fraternidad para quien a diario reza diciendo “Padre nuestro”? Habrá que recordar una de las grandes intuiciones del Vaticano II que tiene su traducción más allá del movimiento ecuménico. También a la hora de criticar al Papa, sobre todo cuando se hace desde dentro, hay que tener en cuenta la jerarquía de verdades. Así lo señala ‘Unitatis Redintegratio’ cuando recuerda que “la fe católica hay que exponerla al mismo tiempo con más profundidad y con más rectitud” por ello “al confrontar las doctrinas no olviden que hay un orden o ‘jerarquía’ de las verdades en la doctrina católica, por ser diversa su conexión con el fundamente de la fe cristiana. De esta forma se preparará el camino por donde todos se estimulen a proseguir con esta fraterna emulación hacia un conocimiento más profundo y una exposición más clara de las incalculables riquezas de Cristo” (número 11). ¿También es herético el Vaticano II? Parece que le crecen los seguidores a Marcel Lefebvre.