La Fundación Pablo VI, en el marco de sus ‘Encuentros para una nueva era’, ha reflexionado hoy acerca de la realidad que atraviesa España como país fundamental en las rutas migratorias. Pero, sobre todo, los participantes en el coloquio se han dedicado a despejar todas las dudas que pudiera haber sobre la situación de estas personas que llegan a nuestras fronteras, así como de desenmascarar a aquellos “irresponsables” que, como ha señalado Fernando Clavijo, senador y expresidente de Canarias, “por un puñado de votos está haciendo demagogia con todo este asunto”.
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Un discurso que se ha hecho fuerte en los últimos meses pero que, para Clavijo, realmente “no está cuajando en el pueblo canario, porque no somos xenófobos”. Lo que sí se necesita, ha apuntado, son “respuestas más claras”. “Nos preocupa mucho la atención que se le presta a los migrantes”, ha afirmado, “pero también si Europa está aplicando la política de que nos convirtamos en un muro para tapar la migración en el Atlántico”.
En la misma línea, Santiago Yerga, actual director General de Migraciones del Gobierno de España, ha apuntado que “la UE tiene que darse cuenta de que no basta con el control de fronteras, sino que hay que ofrecerle a los países emisores de emigración una ventana de esperanza que pasa no solo por la donación, sino por la creación de vías de migración ordenada y segura”.
El ‘efecto huída’
Y es que, la presión, tal como ha aseverado Clavijo, es mayor a medida que pasa el tiempo. “El otro día hubo un pequeño enfrentamiento en el campamento de Las Raíces (Tenerife), porque al final es gente que viene de culturas y situaciones muy diferentes. Además, cuando hablas con ellos te dicen que tienen prisa por trabajar para poder pagar a la mafia que los ha traído, o para mandar dinero a sus familias”, ha explicado. Estas personas “vienen buscando un futuro mejor y, de cómo les vaya a ellos, depende mucho cómo le irá a sus familias. También hay bastantes crisis de ansiedad ante la situación de estar encerrados… La situación es dura para ellos, es dura para Canarias, y echamos de menos una respuesta más solidaria”, ha recalcado.
Por su parte, el fotoperiodista y premio Pulitzer Javier Bauluz no ha sabido escoger tan solo una de aquellas fotos que nunca quiso hacer. “Cualquiera” de estos seis meses que lleva en Canarias le valdría, pues muchas de ellas muestran la realidad, por ejemplo, de “menores tirados en las calles de Las Palmas, sin ninguna clase de ayuda, que no han sido detectados por los sistemas de ayuda humanitaria”.
“¿Por qué la gente pone en peligro su vida de esta manera?” pareces seguir siendo la gran pregunta de todo el que no ha pasado por esa situación. Y, para Bauluz, es “algo tan simple como lo contrario del famoso efecto llamada: el efecto huída. Huir de que te maten, de no poder comer. Y el derecho que se tiene a buscar una vida mejor”. Un derecho, ha dicho, “que no cesa aunque les tratemos mal, como se está haciendo en Canarias, que se han convertido en unas islas-cárcel hasta ahora mismo, que parece que se va a reestablecer un poco la ley y, después de meses sin poder volar ilegalmente, personas con pasaporte o solicitud de asilo, podrán hacerlo”.
Criminalización de los ‘menas’
De hecho, para Bauluz lo que ha ocurrido en Canarias es “una violación de los derechos humanos, continua y masiva, de miles de personas”, como “nunca había visto”. Pero, además, considera que en Canarias sí que ha habido un gran aumento de la xenofobia. “Lo vemos en las manifestaciones que se han producido incluso en barrios pobres”, ha señalado. “En 25 años dedicándome a las migraciones, nunca había visto manifestaciones contra los migrantes, y menos de pobres contra pobres”.
“El aumento de la xenofobia en general como arma política está siendo utilizada por muchos medios de comunicación”, ha continuado el fotoperiodista, ya que algunos medios “están criminalizando a los migrantes”. Muchos de los cuales resultan ser, además, menores no acompañados. Los famosos ‘menas’. En concreto, solo en Canarias hay, como ha señalado Clavijo, 2667 de estos menores solos.
“No se puede criminalizar a los menas”, ha aseverado Yerga. “Se ha extendido como una sombra de alquitrán que estos chavales son delincuentes, cuando esto en absoluto se corresponde con las evidencias empíricas”, ha dicho, insistiendo en que “tanto a los menores no acompañados como a los menores tutelados hay que darles alternativas serias y eficaces”.
“Dormir más tranquilos”
Asimismo, ha recordado que en España no son nuevas las manifestaciones de racismo y xenofobia. “Estoy pensando en los sucesos del Ejido, que fueron infinitamente más graves de lo que se ha producido en Canarias”, ha apuntado, subrayando que estos hechos “deben permanecer en nuestra memoria colectiva”.
Durante el encuentro se ha tratado el hecho migratorio, además, desde una perspectiva más global de la mano del jesuita Alberto Ares, director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, de la Universidad Pontificia Comillas. “Algunos hablan del Mediterráneo como el mayor cementerio de migrantes a nivel mundial, y solo basta ver los datos para comprobar que, efectivamente, es así”, ha dicho. “Las políticas de la Unión Europea, la proliferación de las mafias… van tejiendo las rutas para llegar al continente”.
En este sentido, Yerga ha puntualizado que “el concepto mafia no puede justificar todo el hecho migratorio”. “Sí nos permite dormir más tranquilos”, ha puntualizado, “porque los culpables son la mafia, como concepto jurídico indeterminado”. Así, sin negar la existencia de redes organizadas que se dedican al tráfico de personas, ha puntualizado que estas “no justifican todo lo que está ocurriendo”. Por otro lado, ha añadido que “no se puede achacar a los activistas el supuesto efecto llamada, sino salvar muchas vidas”.
Una mirada integral
Asimiso, Leticia Gutiérrez. misionera escalabriniana, delegada de Migraciones de Guadalajara, ha analizado también el hecho migratorio en otros países, como Estados Unidos, aseverando que siempre existe el mismo motivo para salir del país: “la gente emigra porque quiere vivir”, y esto “es un derecho al que no pueden acceder en sus lugares de origen, por muchos motivos”. Unos derechos ante los que, al igual que en la frontera de Estados Unidos con México, los migrantes en España encuentran trabas que van más allá de la llegada.
“La devolución en caliente no es una solución al problema de la inmigración”, ha afirmado Clavijo, bajo cuya opinión, si estas personas “quieren seguir su camino, deben hacerlo, porque en muchas ocasiones tienen amigos, tienen familiares e incluso un trabajo buscado, y lo que hay es que darles herramientas”. “Tenemos que ser mucho más flexibles, tener en cuenta las particularidades de la persona, porque los requisitos actuales directamente condenan a las personas a una migración irregular, a pasar años en una economía sumergida por la cual pueden caer en las manos de empresarios desaprensivos”, ha explicado.
Por último, Ares ha incidido en la necesidad de trabajar en la acogida y la inclusión de quienes llegan a España. “A veces se nos olvida que el futuro de España, de nuestra nación, está en cómo gestionamos la diversidad, cómo integramos, cómo existe o no cohesión social… Cómo mirar nuestro futuro con esperanza”. Por eso, señala que “no nos podemos olvidar de que, para poder atender totalmente a los más desfavorecidos debemos caminar juntos como sociedad más integral”.
“España es un país acogedor”, ha añadido, “pero tiene un problema grave con la integración. En los últimos años no ha habido programas ni unos fondos dedicados a esto. Es importante tener una mirada integral en este sentido, sobre todo en una Europa tan diversa”.