Ante la crisis desatada en Ceuta y Melilla en las últimas 24 horas, los obispos españoles han dado un paso al frente para denunciar que la vulnerabilidad de los migrantes “no puede ni debe ser utilizado por ningún Estado para instrumentalizar con fines políticos”. Echando mano de la encíclica ‘Fratelli tutti’ del Papa Francisco, el Episcopado reclama además a las autoridades públicas “la mejor política puesta al servicio del bien común”.
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De esta manera se ha expresado a través de una nota el Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española firmada por el obispo responsable del Departamento de Migraciones de la CEE, José Cobo, y por el dominico Xabier Gómez, director del departamento. Y es que la avalancha de migrantes que ha tenido lugar es el fruto de un conflicto abierto entre Marruecos y el Gobierno de España.
Legítimas aspiraciones
Por eso, el Episcopado hace un llamamiento a respetar la dignidad y “las legítimas aspiraciones de estas personas” que han llegado hasta Ceuta “apelando al valor supremo de la vida y la dignidad humana” y poniendo en primer plano “la desesperación y el empobrecimiento de muchas familias y menores. Conscientes de que las dos ciudades fronterizas pueden convertirse en un polvorín, los obispos invitan a los ciudadanos “a mantener actitudes de convivencia pacífica”.
Desde ahí, los obispos también muestra “su solidaridad con las diócesis de Cádiz y Ceuta y Málaga y Melilla, de reconocida trayectoria en la atención y acogida a migrantes, así como con las necesarias iniciativas en ambas ciudades autónomas, para acoger integralmente y custodiar los derechos de las personas migrantes, especialmente de los menores”.